¿Cómo manejar las mordidas?

Casi todos los niños pasan por una etapa de la infancia en la que las mordidas forman parte de sus vidas. A veces sucede que ellos quieren morder, pudiendo así lastimar a otro niño. Y otras veces, puede pasar que ellos sean mordidos, tal vez por un hermanito más pequeño o por un compañerito en el jardín de infantes. En cualquiera de los dos casos, hay cosas que deberías hacer para manejar la situación que sea.

Por un lado, debes hacerte cargo cuando tu hijo es quien se ha agarrado la costumbre de morder. Debes vigilarlo, y en los momentos que veas que lo va a hacer otra vez, usa la voz más firme que puedas y dile que no se muerde a los demás. Si tiene más de 9 meses, ya se encuentra en edad suficiente para comprenderlo.

Cuando ya está más grande y continúa haciéndolo, deberías hacerle pensar acerca de lo mal que está actuando. Para ello, puede ayudar una pequeña “ penitencia”. No es necesario que lo dejes horas sentado en un rincón; para la mayoría de los pequeños unos minutos son suficientes. Y la próxima vez que lo vaya a hacer, posiblemente recuerde que lo que se le vendrá no será tan divertido.

Y si de lo contrario, es tu niño quien aparece con una mordida que le ha dado otro, asegúrate de lavarlo con agua y jabón lo antes posible. Debes hacerlo aunque la piel no esté herida. Y en caso de que lo esté, sobre todo si sangra un poco, aplícale algún producto antibiótico y ponle un vendaje. Luego controla que no aparezcan signos de infección. Si ves que la zona mordida se inflama o supura, tal vez debas llevarlo a un médico.