Hoy es el primer día de clases de tu hijo. Desde ayer has preparado todo lo necesario para que pueda ingresar en la vida escolar sin problemas. Lleva su mochila con libretas y lápices, su merienda. Se han despertado a tiempo y ya están por llegar. Quieres hacerlo lo mejor posible, pero no sabes cómo ayudar a que este día tan esperado no se convierta en un momento desagradable. Veamos algunas recomendaciones importantes a tener en cuenta.
¿Cómo manejar el primer día de clase de los hijos?


Lo primero que verán al llegar al edificio es que hay escolares de todas partes y edades. El bullicio será grande. Debes estar preparado para ver niños llorando desconsoladamente porque no quieren separarse de sus padres y tratar de que el tuyo mantenga la ecuanimidad. Es completamente normal que los menores sientan un poco de miedo en esa primera entrada. El medio es desconocido, nunca antes se habían separado de su familia.

Los padres deben evitar sus propios miedos, pues estos se reflejan en los niños. Cálmate, toma el control de la situación para que tu hijo se sienta seguro. Establece una conversación con él donde le vayas indicando cómo será su nuevo espacio y cómo debe reaccionar ante posibles situaciones. Si es posible acércate al maestro y preséntalos. Es una buena manera de relajar tensiones.
Una actitud muy buena es mantener una gran sonrisa en el rostro y mostrar alegría. Ninguna duda o inquietud del adulto puede transmitirse pues desequilibra el buen ánimo que hemos preparado en el niño en el tiempo de espera. Es cierto que hay personalidades diversas, pero si le ponemos un tono positivo los hijos no sentirán inquietud ni temores.
Puede ocurrir que la presión general incida sobre tu hijo y comience a llorar cuando vea a todos los demás hacerlo. Las maestras de preescolar están adaptadas a esta situación y saben manejarla. Simplemente sigue lo que ellas indiquen. Probablemente te alienten a marcharte en un momento determinado. Lo creas o no, el método funciona a las mil maravillas: tan solo pasen 5 minutos después que te retires, el niño detendrá su llanto y se sentirá fascinado con las tareas artísticas que prepararan los maestros para ellos.




