Siempre he dicho que los niños son los mejores maestros, pero ahora que soy madre lo confirmé: tengo al mejor maestro en casa, y me llama "mamá". De mi hijo he aprendido mucho desde el momento en que nació, y es que si se lo permitimos, ellos nos enseñan las cosas que realmente importan en la vida, pero que cuando somos adultos parece que se nos olvida.
Cómo he aprendido a vivir AQUÍ Y AHORA gracias a mi hijo

¿Quieres saber cómo he aprendido a vivir AQUÍ Y AHORA después de ser madre y gracias a mi hijo? No pierdas detalle, porque seguro que a ti también te ha ocurrido…

#1 Perdonar desde el corazón
El perdón es un privilegio que no todo el mundo conoce, por culpa del orgullo. Los niños no tienen orgullo y saben que cuando perdonas te sientes bien contigo mismo y todo va bien, entonces, ¿por qué negar el perdón cuando solo queremos sentirnos bien?
Perdonar es algo que nos hace grandes y vale la pena perdonar siempre que sea necesario, ¡dormirás mucho mejor!

#2 Disfrutar del momento
Los niños son expertos en disfrutar del momento, saben exprimir las experiencias al máximo para sacar todo lo bueno que la vida nos ofrece.
Ahora me gusta correr por las calles con mi hijo, sentarnos en el parque y mirar los pájaros o disfrutar de las melodías que los músicos nos ofrecen a cambio de unas monedas en el centro de la ciuda.
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#3 No guardar rencores
El rencor solo hace mal a quien lo padece. Mi niño perdona y enseguida abraza y da besos. Si quieres a la persona que tienes delante, ¿de qué sirve guardar rencor? Solamente para sufrir… ¿quién necesita ese sufrimiento tan tóxico? Nadie en este mundo, y los niños lo demuestran cada día.

#4 Ver lo positivo de todo
Mi hijo a su corta edad es experto en ver el lado positivo de todo. Aunque es cierto que a veces se frustra y le tengo que ayudar yo a que lo haga: hacemos un gran equipo para que los días no se vuelvan grises.

#5 Sonreír
A los niños les gusta sonreír, disfrutar de las risas de los demás y sentirse felices. Porque la felicidad es clave para estar bien. A mi hijo le encanta sonreír y lo hace a todas horas, seguro que tu hijo también sonríe a cada momento. ¡Hazlo tú también! Verás la diferencia que sientes en tu interior.

#6 Abrazar siempre
Abrazar es un lenguaje único donde se plasma el amor profundo que se siente por las personas. Y eso he decidido hacer cada día de mi vida, abrazar a mi hijo, a mi marido y a las personas que quiero. Y también a decir lo que siento, porque si no se dice lo que se siente de forma asertiva, se enquista.
¿Tienes un hijo? ¿Más de uno? ¿Qué has aprendido de ellos? Si tu respuesta es que no se aprende cosas de los niños, te aconsejo que a partir de ahora mismo, dejes que sea tu maestro… te sorprenderás de cómo empezarás a ver la vida de otro modo… de otro modo mucho mejor.



