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Anticoncepción en la adolescencia: dudas frecuentes de nuestros hijos

Cuando los hijos llegan a la adolescencia, los padres tenemos temores acerca del comienzo de su vida sexual. Debemos enfrentarnos a conversaciones sobre diferentes aspectos de su sexualidad, entre ellos las dudas frecuentes sobre anticoncepción en la adolescencia.

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La importancia de la anticoncepción

Debemos dejar claro a nuestros hijos por qué es importante utilizar métodos anticonceptivos. No solo se habla de embarazo, sino también de posibles enfermedades de transmisión sexual, que traen graves problemas de salud.

Debemos hablar sin tapujos ni prejuicios, teniendo claro que nuestros hijos tienen el derecho a ser sexualmente activos aunque a nosotros no nos parezca lo más adecuado. Bajo esa premisa, debemos educarlos adecuadamente para evitar daños mayores.

Debemos preguntarles a nuestros hijos si se ven preparados para aceptar los riesgos de una vida sexualmente activa, qué métodos les gustan más, qué piensan acerca del aborto, si saben que su pareja no tiene ETS, entre otros temas que los puedan hacer pensar y darse cuenta en qué punto se encuentran.

¿Cuándo tengo riesgo de quedar embarazada?

Muchas adolescentes se preguntarán en qué ocasiones pueden quedar embarazadas. Debemos explicarle tanto a ellas como a ellos que los embarazos se producen cuando la mujer está desarrollada –aunque tenga períodos irregulares–, si se lleva a cabo una penetración sin protección, independientemente de la duración o si el hombre eyacula, o si falla un método anticonceptivo. Otras formas de relaciones sexuales no llevan a embarazo.

Al tiempo, debemos aclarar que ningún método anticonceptivo es fiable 100%, siendo la abstinencia el único método seguro.

¿Cuándo tengo riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual?

El preservativo es el único método anticonceptivo que no permite el paso de ETS. Si se tienen varias parejas sexuales o si la persona con quien estamos ha tenido otras parejas anteriormente, no está de más realizar un análisis de sangre u orina para detectar posibles ETS.

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Métodos anticonceptivos: ventajas y desventajas

El preservativo masculino: es el método que protege del embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Es también uno de los más fiables y fáciles de utilizar. No necesita la consulta con un profesional de la salud. El riesgo ocurre en cuanto el preservativo se rompe o se sale.

Diafragma o preservativo femenino: cuesta un poco más caro que el masculino y es más difícil de colocar, por lo cual, si bien es muy fiable, puede perder efectividad si no se sabe utilizar.

DIU: estos son dispositivos intrauterinos que necesitan del control y colocación de un médico. Pueden tener riesgos como una infección uterina llamada enfermedad pélvica inflamatoria.

Píldora anticonceptiva, parche o anillo vaginal: son métodos hormonales ampliamente utilizados y con gran efectividad. Se debe consultar a un médico, que recetará lo más adecuado de acuerdo a las características de la adolescente. La pastilla debe tomarse cada día a la misma hora, mientras que el anillo y el parche se cambian regularmente. Se recomiendan entre 3 y 6 menstruaciones regulares para comenzar a tomar la píldora anticonceptiva.

Implante hormonal: este implante tiene un funcionamiento similar a las pastillas anticonceptivas, aunque su efecto dura tres años. No protege contra las ETS y puede causar desajustes menstruales.

Inyecciones hormonales: las debe administrar un médico cada tres meses, y si bien son efectivas, no está recomendado su uso por más de dos años, ya que provoca un aumento de peso, sangrados irregulares y debilitamiento óseo.

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Métodos naturales de planificación y coitus interruptus: son los métodos menos eficaces, con una tasa de fiabilidad de entre el 60% y el 80%.

Píldora del día después: no es exactamente un método anticonceptivo, pero se utiliza si uno no se ha cuidado al tener relaciones sexuales o si el método falla. Debe tomarse dentro de las 72 horas siguientes para que sea efectiva. Se administra en dos dosis, y es un método hormonal como las pastillas anticonceptivas, pero en dosis muy altas. No es 100% eficaz, en la mayoría de los países se necesita receta de un médico –y en algunos casos autorización paterna– y tiene grandes riesgos para la salud de la mujer.

Hablar de anticoncepción con nuestros hijos adolescentes no es fácil, pero es posible. Tan solo necesitamos tiempo, confianza y una mente abierta y bien informada para poder evacuar las dudas más frecuentes de nuestros hijos.