Pocas cosas me hacen sentir vieja, pero una de ellas es hablar con alguien más sobre cómo fue mi infancia; incluso una diferencia de 10 años nos hace hablar de cosas completamente distintas, ¿te ha pasado? Al ser una madre joven, fui niña a los 90 y tengo hijos que son niños hoy en día. ¿Qué diferencias veo entre ser niño en los 90 y ahora? En muchas cosas las diferencias son abismales, ¿quieres saber cuáles son? ¡Seguro coincidirás conmigo!
6 diferencias entre ser niño en los 90 y ahora


#1 Películas
Las películas en mi infancia eran la mejor forma de entretenimiento que teníamos; tener alguna que otra película en vídeo, y sabes a qué vídeo me refiero, significaba que uno era muy afortunado. Hoy en día los niños solo tienen que descargar una película por Internet, o alquilar una por el servicio de cable sin moverse de casa; nosotros teníamos que levantarnos, ir a vídeo club, elegir las películas entre lo que allí había, alquilarla y luego volver a casa.
Lo mismo sucede con los estrenos de cine; hoy en día podemos ver una película sin siquiera ir al cine y en el momento, o incluso antes que se estrena. Cuando yo era niña, teníamos que esperar que la película se estrenara en cines y luego esperar meses para que saliera el vídeo. Hoy esto parece increíble, ¿no?

#2 Música
¿Recuerdas hacer cola en la tienda de discos para poder comprar el último de tu banda favorita? Esperábamos el estreno y podíamos pasar horas para conseguirlo con tal de escuchar esa canción que era furor en la radio. Hoy en día, los niños se sientan frente al ordenador y descargan música en medio minuto o la escuchan online; y no es que la escuches en línea solo en casa, la puedes escuchar en el colegio, en el parque, en donde sea... ¡Hay Internet por todas partes!

#3 Internet
Hoy en día nadie puede vivir sin Internet, que levante la mano quien pueda porque lo aplaudo; además, esta herramienta es mayormente gratuita y está en todas partes. No solo puedes bajar música, ver películas, jugar en línea, sino que tienes un mundo de posibilidades. En los 90, había que conectarse a Internet a través de la línea telefónica y salía muy caro; recuerdo que mi madre me ayudaba a buscar información para el colegio y una vez que la encontrábamos, debía desconectar el Internet por la alta tarifa. Y ni mencionar que mientras estuvieras conectado, no se podía hablar por teléfono. ¿No te parece totalmente obsoleto? Increíble que lo hayamos vivido.

#4 Teléfono móvil
¿Qué?, ¿qué es eso? Yo no tuve un teléfono móvil hasta que cumplí 15 años; hoy en día cualquier niño en edad escolar tiene uno, y si no, tiene un iPad, una tablet o, al menos, un ordenador. ¡Y no hace tantos años de esto! ¿Cómo nos comunicábamos? En el colegio nos pasábamos notas de banco a banco, para salir a jugar, nos llamábamos al teléfono de casa y, cuando era un mensaje para un chico que nos gustaba, era una amiga la que se encargaba de decirle. ¡Cuántos recuerdos!

#5 Juegos
Si hay algo que rescato de mi infancia es la forma en la que usábamos la imaginación; inventábamos todo tipo de juegos, imitábamos a los personajes de la televisión, hacíamos manualidades, ¡de todo! ¿ Hoy en día qué hacen los niños? Juegan con el móvil, con la play, con el ordenador, con el iPad... ¿me faltó algún aparato electrónico? ¡Seguro que sí!

#6 Televisión y caricaturas
Recuerdo esperar toda la semana para hacer maratón de caricaturas los sábados por la mañana; ¡no había felicidad mayor! Era el único momento donde podía ver los capítulos nuevos de las caricaturas que tanto me gustaban y un capítulo luego del otro, ¿te sucedía lo mismo? Hoy en día, los niños ni siquiera miran televisión, y en muchos casos se considera que es mala; tampoco planifican sus cosas según el horario de la serie, la caricatura o el concierto que pasaban los sábados a la noche. ¡Una pena!
¿Alguna otra diferencia entre la infancia de los 90 y la de hoy en día que te gustaría compartir con nosotras? ¡Comparte este artículo con tus amigos de la infancia, seguro que piensan lo mismo! Sigue recordando momentos de nostalgia con estos 5 peinados que todas amamos en la infancia. ¡Cuántos recuerdos!









