Ellos son un modelo de vida, un ejemplo para mí por estas razones...
5 costumbres que heredé de mis abuelos italianos (de las que estoy MUY orgullosa)

Haber tenido la oportunidad de conocer a mis abuelos y compartir tanto con ellos es una de las mejores cosas que me pasaron en la vida. Saber de dónde vengo es algo que me fascina y me enorgullece, y el mérito es todo suyo.
Son mis abuelos los que me enseñan día a día cuán importantes son mis raíces a través del ejemplo. Me lo demuestran en el amor que sienten por su tierra natal y el eterno agradecimiento que tienen al país que los recibió con los brazos abiertos.
Además de honrar mi origen, ellos me transmitieron varias enseñanzas. Estas son las costumbres que heredé de mis abuelos italianos. ¡Estoy muy orgullosa de ellas! ¿Y vos?
#1 No hay nada como los cuentos de la nonna

Me sé de memoria una decena de historias y aventuras que mi abuelo vivió en Francavilla, el pueblito de Sicilia donde nació y vivió hasta los 18 años. El cuento del conejo, el de las ovejas que desaparecían del campo hasta que el pastor encontró a una serpiente que se las comía, entre otras. No sé si serán ciertas o no, pero forman parte de mí.
Con el paso de los años, los abuelos comienzan a olvidar. Los recuerdos y hasta los nombres de los nietos se les confunden. Por eso, es responsabilidad nuestra memorizar los pueblos, las anécdotas y los ingredientes que llevan la pignolata o la focaccia. ¡Alguien va a tener que compartir esos cuentos con las nuevas generaciones!
#2 La familia tiene que estar siempre unida

No hay pelea justificada, discusión política ni problemas de dinero que puedan separar a la familia. Al menos, eso es lo que deberíamos evitar.
Mi nonno nos repetía esta lección de vida desde chicos, cuando nos peléabamos por un lugar en la esquina de la mesa los domingos al mediodía o por el último pedazo de chocolate a la hora del café. ¡Y cuánta razón tenía!
Hoy me doy cuenta de la importancia de esa enseñanza de mis abuelos italianos.
#3 La fruta más sabrosa es la recién cosechada

Mi nonno paterno se esforzaba por transmitirme la felicidad al comer un durazno recién cosechado. Algo casi inimaginable en estos tiempos de verdulería y frutas de supermercado. Cuando tuve la oportunidad de viajar a Italia, me dí cuenta de qué hablaba.
En verano, las plantas están repleta de caquis, uvas, duraznos e higos. ¿Te imaginás la panzada que te podés hacer con tanta fruta? ¡Ahora lo entiendo! Cosechar y comer de la planta es otra de las costumbres que heredamos de nuestros abuelos italianos (ellos sí saben lo que es bueno).
#4 Es importante conservar los recuerdos y las raíces

El escritor uruguayo Eduardo Galeano decía que estamos hechos de historias (las nuestras y las de nuestros antepasados). Recordar de dónde venimos es esencial para saber hacia dónde vamos. Los tanos son gritones, familieros, de buen comer, cariñosos y muy arraigados a su tierra. Sin duda, llevamos algo de todo eso en la sangre.
Conservar la memoria lo más intacta posible es un reto. Las fotografías, los videos y la nube se han vuelto nuestras mejores aliadas para eso. ¡Usémoslas!
#5 Los fideos se comen SIEMPRE con salsa de tomate

Para ellos, la mejor salsa de tomate es la casera. Hervir los tomates, pasarlos por el pasatutto y sacarle todo el pellejo. Nada más rico que los macarrones o tallarines caseros con tomate. ¡La crema no entra en su vocabulario!
¿Y para acompañar? Mucho queso de rallar y ricota rallada o fresca. Si hay berenjenas fritas, ¡bienvenidas sean! (Los tanos también saben comer mejor que nadie).
Las personas con raíces italianas llevamos las tradiciones familiares con mucho orgullo. Estaremos siempre agradecidas por las enseñanzas de los abuelos que nos tocaron y de nuestros padres que conservaron todas las costumbres italianas. ¡ La famiglia debe essere sempre unita!
No dejes de leer: Tenés que conocer estos 19 nombres italianos para bebés

