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Sophia Loren: La historia de vida de una mujer que se convirtió en inspiración

En la historia del cine han habido muchas actrices, pero pocas tan bellas y talentosas como Sophia Loren, la perfecta definición de mujer ligada a la tierra, de esa Italia sensual y pasional, de estilo, elegancia pero, ante todo, mucho arte.

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Una de las pocas leyendas vivas de Hollywood merece una recordatorio a través de la vida, y qué mejor que hacerlo un 20 de setiembre, día de su cumpleaños.

El arte del volcán 

Imagen Getty Images

Cada año vemos a Sophia Loren pasando sus vacaciones en Capri, asistiendo a los desfiles de diseñadores que se pegaron por vestirla y concediendo entrevistas en las que su suave voz y saber estar casan perfectamente con su belleza atemporal. Y lo cierto es que tales virtudes siempre estuvieron ahí, completando los muchos atributos de la actriz más famosa de Italia y una de las leyendas de Hollywood más inspiradores de todos los tiempos. 

Sin embargo, no todo fue glamour y éxito en los orígenes. Criada junto a su hermana por una madre abandonada por su marido y a la que siempre estaría íntimamente unida, Loren trabajó durante años en una taberna cerca de Napoles durante los años de la Segunda Guerra Mundial sirviendo martinis a soldados norteamericanos. Para entonces, la belleza de Loren era palpable.

A principios de los años 50, una joven Sophia Loren comenzó a posar para fotonovelas, acudió como figurante al rodaje de Quo Vadis en los estudios Cinecittà de Roma y comenzó apuntarse a concursos de belleza en los que se proclamó ganadora en tres ocasiones. En uno de ellos no ganó, pero sí conoció a su futuro marido, Carlo Ponti, casado y 22 años mayor de ella. Se casaron en 1957 a pesar de una demanda por bigamia que provocó una segunda nupcia en 1966. 

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A mediados de los 50, Sophia Loren conoció a Marcelo Mastroianni, artífice del neorrealismo italiano de la época con quien filmó una docena de películas y sembró eternos rumores de una relación secreta que Loren siempre se empeñó en desmentir, afirmando que el director siempre fue "un gran amigo, pero nada más". De forma paralela, la actriz comenzó a trabajar en Hollywood, estableciendo un contrato con Paramount gracias al que llegó a rodar películas con Frank Sinatra, Cary Grant o Anthony Perkins.

Sin embargo, el papel que la permitó trascender más allá de la imagen de belleza mediterránea es  Dos mujeres, cinta en la que interpreta a una madre violada junto a su hija en la Segunda Guerra Mundial. En 1961 Loren ganó 22 premios internacionales por su actuación, entre ellos el Óscar a la Mejor Actriz, el primero concedido a una intérprete por un papel de habla no inglesa, allanando el terreno a esas otras actrices extranjeras que años después fueron premiadas con la estatuilla dorada. 

A pesar de sus papeles en producciones tan míticas como El Cid, La Caída del Imperio Romano o el Hombre de la Mancha, en los 60 Loren comenzó a decantarse por el cine italiano, donde sentía más libre y arropada por directores amigos suyos. 

En los años 70 Loren se dedicó al cuidado de sus hijos y a ejercer su condición de celebridad en festivales, causas benéficas y pasarelas, todo ello sin renunciar al cuidado de su marido. Loren prometió seguir a su lado hasta su muerte, la cual tuvo lugar en 2007, acallando así los muchos rumores de infidelidades y prejuicios que arrastró durante tantos años una relación entre dos personas con tal diferencia de edad, otro factor que confirma la personalidad de una actriz aún en tiempos menos permisivos. 

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Inspiración que trasciende la pantalla

Imagen Getty Images

Con tal trayectoria, no es de extrañar que la vida de Sophia Loren sea una de las más inspiradoras de la historia del cine, en primer lugar por demostrar que la posibilidad de hacerse a uno mismo es posible, a pesar de las adversidades. El trabajo duro, quizá algo de suerte y la confianza en uno mismo para trascender convirtieron a Loren en una mujer italiana que, aún a pesar de las limitaciones iniciales, se enfrentó con otra lengua, la hizo suya y consiguió destacar en una industria en la que la apertura a otros mercados y artistas apenas despegaba. 

Tras encandilar al mundo, y como el buen vino, Sophia Loren ha sabido envejecer manteniendo su belleza, estilo y educación, virtudes de una mujer cuya belleza sedujo a medio mundo pero demostró, por encima de todo, que las personas nacidas en malas circunstancias pueden alcanzar sus objetivos. Sin embargo, perdurar es lo difícil, y la actriz puede estar orgullosa de su evolución, de la influencia que ejerció en todas las niñas extranjeras que soñaron una vez con actuar en Hollywood, y que aún siguen haciéndolo. 

La inspiradora historia de vida de Sophia Loren demuestra que todos los sueños son posibles siempre que haya pasión, constancia y sí, también algo de suerte.