¿Pronto para dejar de ser tu propio obstáculo?

Es impresionante cómo nuestro peor enemigo podemos ser nosotros mismos. Muchas veces hay gente que nos impulsa, que cree en nuestras capacidades y talentos, pero tenemos una voz interna que grita un estruendoso «no puedes».

Ese temor a fallar y el dudar de nuestras propias capacidades suele retraernos. Es una barrera que se pone entre nosotros y el éxito que debemos derribar.

Las barreras están para romperlas

Los life coach coinciden en algo: solo podemos conseguir nuestro máximo potencial cuando somos desafiados.

En el mundo de los negocios, los desafíos son interpretados como «barreras» o «paredes de ladrillo», que no existen para mantenernos alejados de algo, sino para demostrar cuánto lo queremos.

En algunos casos, nosotros mismos somos estas barreras y nuestros pasos en falso se ponen en el camino de nuestro progreso.

¿Por qué cuesta tanto identificarnos como barreras?

Decir en voz alta que somos nuestra propia barrera no es fácil. Esto porque, como líderes que somos, estamos acostumbrados a identificar los problemas externos y remediarlos pero, cuando se trata de autoanalizarnos, fallamos.

De igual manera, ningún líder quiere identificarse como una barrera, pues esto se malinterpreta como una debilidad.

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¿Cómo actuar?

Para transformarte en la mejor versión de ti mismo tienes que dar el primer paso y preguntarles a los miembros de confianza de tu entorno qué necesitas hacer para convertirte en un mejor líder.

Si la respuesta es verdadera, te dolerá, pero lo peor que puedes hacer es reaccionar de forma negativa, dando excusas a tus errores. Recuerda que quien se toma el tiempo para decirte en qué fallas es porque realmente te estima.

Finalmente, tienes que actuar. Escucha los consejos y cambia tu estilo de liderazgo para tumbar la barrera que solías ser.

Sé lo suficientemente fuerte para mirarte al espejo. Puede que el resultado de una minuciosa introspección no te agrade, pero resultará en una mejora en tus habilidades como líder, en los resultados de tu negocio y en tu lucha con tu competencia.

Para transformar lo de afuera, hay que hacer cambios internos. No temas hacerlo.

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