Para qué sirve el helenio

El helenio es una de esas flores que crecen casi de forma automática en prados húmedos, en los que no haya excesivo calor, y a las que a veces no le damos la importancia que tienen. En este caso, es conocida por uno de los episodios de la mitología griega, y es por ello que se le da el nombre común actual, que en realidad procede de Helena. Sin embargo, lo que más nos interesa descubrir son sus propiedades, tanto las que hemos aprendido de los antepasados, como las que se han descubierto con la medicina más moderna.

Cientos de aplicaciones

Si bien la mayoría de las plantas curativas permiten solamente su uso de pocas maneras, el helenio es de esas que nos da mucho juego. Podemos tomarlo en infusión, podemos hacer vinos a partir de él, podemos tomarlo en tintura, o podemos aplicarlo como cataplasma directamente sobre la piel. ¿Qué versatilidad, no? Entonces, no dudes en aprovechar las propiedades del helenio en cualquiera de sus variantes.

Principales tratamientos en los que se aplica helenio

• Malestar digestivo: El helenio puede ser beneficioso para tratar dolencias estomacales comunes, aunque también para malestares transitorios provocados por una mala digestión. Es, además, una planta que potencia el apetito, con lo que es recomendable en los niños pequeños que comen muy mal.
• Problemas de la piel: La aplicación mediante gasas de infusiones de helenio, o la preparación de cataplasmas con la planta es beneficiosa para problemas como el herpes o el acné. Sin embargo, también se puede utilizar para conseguir una cicatrización más rápida de las heridas superficiales.
• Problemas respiratorios: En este caso, la parte de la planta que mayores beneficios produce es la raíz. Se ha utilizado desde siempre para curar procesos catarrales, tomada como infusión o como tintura. Además de curar los bronquios, favorece la expectoración.

Pese a que tiene cierto parecido con el girasol, precisamente porque pertenecen a la misma familia, el helenio –o también conocido como ínula– es una planta diferente. La puedes reconocer porque los pétalos de sus flores, que parecen hojas espigadas de color amarillo, son mucho más delgadas. Además, el punto del interior no es de un color amarronado, sino que mantiene las tonalidades amarillas. Y por si ya fuera poco, el helenio es de mucho menores dimensiones. Ahora que ya sabes para qué sirve el helenio, es un buen momento para comenzar a utilizarlo.