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Hábitos y rutinas personales de algunos presidentes de Estados Unidos (incluyendo a Donald Trump)

Es bien sabido que el empleo de jefe de La Casa Blanca se las trae. El presidente de Estados Unidos lleva una gran carga de trabajo sobre sus hombros y tiene que ser capaz de trabajar bajo mucho estrés. Las presiones políticas provenientes de diversos sectores, las administración de las agencias federales, los problemas económicos y de seguridad y la política exterior son algunos de los asuntos con los que estos tienen que lidiar a tiempo completo.

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Sin embargo, igual de interesante resulta saber cómo estos mandatarios encuentran un balance entre el trabajo y la vida personal, y cuáles son sus hábitos y rutinas diarias. Echemos un vistazo a algunas de las costumbres de 5 presidentes estadounidenses recientes del país, incluyendo al actual, Donald Trump.

Ronald Reagan

Durante su estancia en La Casa Blanca, el presidente Reagan no solía levantarse tan temprano, como podríamos suponer que alguien haría para un trabajo de tal importancia. Su día comenzaba a las 7:30 a.m. con un desayuno saludable con jugo de naranja, cereal, frutas y café descafeinado.

A diferencia de otros presidentes, y a juzgar por los reportes, Reagan no era un workaholic. Mantenía un horario de trabajo estricto de 9 a.m. a 6:30 p.m., casi como cualquier empleado de oficina. Eso sí, el presidente visitaba el gimnasio religiosamente, acto seguido empezaba su faena diaria. Reagan practicó deportes toda su vida. Jugó football en la escuela secundaria y durante la universidad, incluso fue salvavidas. De hecho, Parade Magazine publicó en su tirada de diciembre de 1983 un artículo del presidente dando recomendaciones para la rutina de ejercicios. Los fines de semanas, Reagan solía escaparse con su esposa Nancy a su rancho, donde se le veía frecuentemente montando a caballo y cortando leña.

Bill Clinton

Imagen Getty Images

En términos de hábitos y rutinas, Clinton fue famoso durante su presidencia por su obsesión por tres cosas: trabajar, correr y dormir poco. Según los testimonios de sus asesores, Clinton no tenía límites en su horario de trabajo. Frecuentemente extendía sus deberes y mantenía a los miembros de su equipo trabajando con él hasta bien adentrada la madrugada.

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Aunque Clinton corría poco más de 30 minutos 3 veces por semana, le adjudicaba mucha importancia a esta actividad. Tanto es así que mandó a preparar una pista de 400m en el perímetro de La Casa Blanca. Le gustaba dar las carreras en horarios en que la gente pudiera verlo trotar, lo cual era una verdadera pesadilla para los servicios secretos, según narra en su libro Dan Emmett, ex agente que estuvo a su servicio. El propio presidente admitió que los trotes eran una forma de escapar de la presión de La Casa Blanca. Clinton también era conocido por sus insomnios. Durante su presidencia regularmente dormía solo 5 horas y consideraba el sueño como una pérdida de tiempo.

George W. Bush

Imagen Getty Images

Bush tuvo una presidencia controversial caracterizada por decisiones polémicas y desacertadas, pero nadie puede dudar que era un individuo disciplinado y dedicado, su rutina personal durante su presidencia da fe de ello. Cada mañana después de su habitual cereal, Bush revisaba los resultados de los eventos deportivos de la noche anterior, especialmente del baloncesto. Y es que era un deportista dedicado. Durante años se entregó a trotar con una marca de 7 minutos y 15 segundos por milla. El presidente oriundo de Texas corrió el famoso maratón de Houston en 1993. Se sabe que varias veces en sus viajes de campaña por la presidencia, Bush rentó hoteles solo para no perder su rutina de pesas, usar el gimnasio del lugar y luego irse.

Durante su presidencia, no firmó autógrafos con bolígrafos. En su lugar utilizaba un Sharpie de tinta negra que siempre llevaba en el bolsillo. Sus asistentes cargaban con Sharpies de repuesto por si acaso. Bush solía afeitarse sin crema, solo con agua caliente.

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Barack Obama

Imagen Getty Images

A pesar de ser un furibundo amante de las hamburguesas, siendo esposo de una mujer como Michelle, el presidente Obama no tuvo otro remedio que comer saludable durante su estancia en el 1600 de Pennsylvania Avenue. Los Obama se alimentaban con una variedad de vegetales del huerto que Michelle preparó en los jardines residencia presidencial, además de tener un chef personal. Entre sus snacks favoritos se encuentran las manzanas y las nueces mixtas.

El primer presidente negro es también un voraz lector (aseguró que los libros fueron el mejor medio para mantener las cosas "en perspectiva" durante su mandato), y mantuvo una rutina de ejercicios físicos diarios que consistía de cardio, ejercicios con pesas y por supuesto su deporte favorito: el basquetbol. A pesar de su estatura de 185 cm, Obama dejó La Casa Blanca pensando tan solo 175 libras. Sin embargo, también tuvo varios hábitos no muy saludables durante su presidencia. Tomaba café, dormía solo 5 horas diarias, y fumó cigarrillos (los cuales intentó dejar en varias ocasiones sin mucho éxito).

Donald Trump

Imagen Getty Images

La rutina personal de Donald Trump desde que asumió la presidencia da una idea de la forma en que el hombre asume su trabajo como presidente. No podríamos decir que Trump tiene mucha afición por las rutinas saludables. Se levanta antes de las 6 a.m., pero para pasar las primeras 3 horas de su día mirando noticias en la televisión. Su jornada de trabajo comienza a las 9:00 de la mañana y usualmente deja la oficina entre las 6 y 7 p.m. para pasar una buena parte del resto del día mirando más televisión. Esto se sabe por sus repetidas reacciones (casi instantáneas) a las noticias a través de su cuenta de Twitter, algo a lo que también suele dedicar su tiempo.

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El propio Trump ha comentado en varias ocasiones de su afición por la comida rápida como McDonald's y Kentucky Fried Chicken. Se sabe que el presidente no es un asiduo lector, pero si que viaja los fines de semana a su residencia en West Palm Beach, Florida, donde suele jugar golf y disfrutar del clima caliente. Su esposa Melania y su hijo más pequeño, Barron, continuarán viviendo en New York al menos hasta que este termine el curso escolar.

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