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Estos maestros nos contaron sus mejores historias dentro del salón de clases

#1 "Uno de mis alumnos pidió que lo adoptara"

"Lo más fuerte que me ha pasado como maestra fue cuando uno de mis alumnos, de apenas 7 años, me pidió que lo adoptara. Le pregunté por qué me pedía eso y me dijo que él quería una mamá como yo, porque su mamá no le ponía atención y nunca lo abrazaba. El niño vivía en un hogar desintegrado y se sentía muy abandonado", Donaji, maestra de primaria.

#2 "Si el Nabo pudo, tú sabes que puedes..."

"Una de mis historias favoritas es la del Nabo. Le pusieron así porque estaba del nabo: feo, pobre y muy malo para la escuela. Los primeros tres semestres pasó sólo dos materias (y de las "fáciles"). Platicamos mucho sobre el asunto, yo era su tutor, estaba convencido de que era malo para todo. Le dije que el problema era que venía a la prepa, pues sólo porque lo mandaban. 'El día que vengas por ti, harás lo que realmente quieres, ya sea quedarte o buscar algo donde estés mejor', le dije. Poco a poco fue progresando, incluso terminó la prepa pagándosela él mismo y me entregó una copia de su hoja de aceptación a la UNAM en la Facultad de Ciencias para estudiar Biología. Esa hoja la tengo en la pared de mi cubo y le escribí "si el Nabo pudo, tú sabes que puedes...", Román, profesor de Física.

#3  "Las lecciones más importantes son sobre la vida"

“En una ocasión, a una alumna le dio un ataque epiléptico en mi clase. Le pusimos un lápiz en la boca para evitar que se mordiera la lengua. Varios alumnos se prestaron a darle ayuda, por supuesto yo también. Desde entonces llegaba cada clase preguntando por ella y le decía: ¿cómo estas hoy? Así me fui enterando que su padre la golpeaba a ella y a su madre. Otro día llegó con la muñeca de la mano rasgada y una amiga de ella le dijo que me la enseñara. Cuando vi esto tuve ganas de llorar. Otro día llegó llorando porque su papá la había sacado de la casa porque quiso meterse cuando golpeaba a su mamá. Ahí la dejo a dormir. Llamé a la madre y nunca se paró por la escuela. Le empecé a tener más y más cariño y al final del año cuando faltaban unos cuantos días, mientras yo daba clase, ella repetía "la voy a extrañar maestra" y así varios días. Después me buscaba en mi salón como exalumna, pero se fue alejando. Pasado otro año tocó la puerta de mi salón y me llevaba a enseñar a su bebé. Es aquí donde hoy por hoy a veces le doy más importancia a enseñar algo de lo que he aprendido acerca de la vida que mi propia materia. Sin dejar de cumplir mi programa", Carmen, profesora de Química.

Si tú tienes una historia, envíala a: vixcontent-mx@vix.com ¡Felicidades a las y los profesores en México!

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