Es momento de poner sanos límites con la conjunción de Venus y Saturno en Sagitario
¿Estás dando demasiado? Creo que es hora de que seas más egoísta

Las mujeres encarnamos el principio femenino de la abundancia, de la fertilidad, de la multiplicación, de la expansión, la regeneración, el compartir, el nutrir y el alimentar. Y no es algo que nos toque solo a las mujeres; en general, todos los seres humanos nos sentimos bien cuando damos; por algo el dicho reza que hay más felicidad en dar que en recibir.
Sin embargo, ¿cuánto dar? ¿Cuándo dar? ¿A quién dar? Porque lo veo todo el tiempo, en amigas, en madres, en compañeras, en clientas: mujeres que están figuradamente en los huesos, cansadas de dar, y dar y dar, de todo a todos.
Mujeres que dejan el pellejo por su familia, por sus hijos, por su pareja, por sus padres, por su empresa, por su jefe, por miles de bocas y manos y gritos de un mundo hambriento y desesperado, insaciable, que siempre parece estar pidiendo más y no siempre nos nutre como debería para ayudarnos a mantener nuestro delicado equilibrio.
Los peligros de dar más de lo que deberíamos

El problema es que, en su insaciable hambre de poder y de todo lo bello y bueno y fértil de este mundo, el sistema patriarcal nos exige y nos inculca, desde pequeñas, a dar “sin mirar a quién”. Y así empezamos, compartiendo esa muñeca que no queríamos prestar en el jardín de infantes, para terminar varias décadas más tarde mirándonos al espejo y viéndonos vacías, sin tener ya nada de luz para compartir con otros y, sin embargo, con una larga fila de personas esperando que las alimentemos con nuestra energía, literal o figuradamente.
Y sé que también hay hombres en esta situación. Pero en general ellos saben cuidarse mejor y no se les inculca tanto dar todo de sí. Nunca tuvieron que alimentar un bebé con la sangre de sus entrañas ni con la leche de su pecho. En algún momento de la historia se les exigió ser los proveedores del hogar, quien “trajera el pan a casa”, pero hoy en día este rol también es compartido con las mujeres, quienes además de proveer alimento emocional, espiritual y psicológico a la sociedad, se han tenido que convertir también en proveedoras de alimento físico.
Por eso me enfoco hoy principalmente en la mujer, y específicamente en el dar de más. Porque como todos sabemos, los excesos son malos. Así como ser egoísta y procurar solo para uno mismo es dañino para sí mismo y para otros, entregarlo todo sin cuidarnos, alimentarnos y guardarnos para nosotras es igualmente dañino, o peor.
Porque quien es egoísta puede un día dejar de serlo y empezar a compartir, y probablemente tendrá mucho para dar de sí. Sin embargo, quien todo lo da al final del camino se descubre vacío, y tiene que recorrer el duro y a veces penoso proceso de reaprender a darse a sí mismo y a poner en su lugar a quienes lo rodean que, por ignorancia, inconsciencia o maldad, han estado tomando más de lo que les corresponde.
Aprovechar la energía para revisar nuestros límites

¿Por qué este es un buen momento para tratar este tema? Porque la energía que nos rodea gracias a la conjunción entre Venus y Saturno en Sagitario es perfecta para dar una mirada a cómo nos estamos comportando en este aspecto de nuestra vida.
Venus, el planeta del deseo, el amor y la abundancia, se encuentra en el signo de la expansión. Es un momento en el que todos nos sentimos impelidos a compartir la buena fortuna, a expandir nuestra abundancia y compartirla con otros, muchas veces en base a nuestros ideales más elevados (Sagitario). Sin embargo, y por muy buenas intenciones que tengamos, todo tiene un límite.
Por más que nos guste pensar que el Universo es ilimitado, vivimos en una realidad y dimensión en la que las cosas tienen un principio y un fin, y todo tiene un límite. Nuestra energía, nuestros recursos, nuestro dinero, nuestros alimentos, nuestro tiempo de vida. Por eso Saturno, el planeta de la restricción, nos invita a reflexionar sobre los sanos límites que tenemos que ponernos, a nosotras mismas y a otros, al momento de dar y compartir.
Saturno nos recuerda que, en esta dimensión, todo es finito, y haríamos bien en aplicar sana restricción y escoger sabiamente a quiénes les damos y qué les damos. Porque si hay algo que muchas veces olvidamos, hombres y mujeres, es que dar en exceso no es un acto de amor, sino de egoísmo y maldad… para con nosotros mismos.
Ya lo dijo Jesús: ama a tu prójimo como a ti mismo. Así que si no te estás amando profundamente, y cuidando de ti con cariño y atención, ¿cómo puedes amar a otros? ¿Qué clase de amor tendrás para compartir? ¿Cómo sabrás reconocer lo que es el verdadero amor, si no tienes amor para contigo mismo?
Por eso te invito a aprovechar la energía de la conjunción de Venus y Saturno en Sagitario, que tendrá lugar este sábado 29 de octubre, para reflexionar sobre cuánto estás dando y a quién, y si no será este un buen momento para que te vuelvas un poco más sanamente egoísta, y aprendas a poner sanos límites a quienes, en su inconsciencia, están demandándote más de lo que puedes dar.
Alejandra Guerrero es astróloga y escritora. Estudió Astrología Evolutiva, especializándose en Astrología del Despertar de la Conciencia (Astrology of Awakening), y su experiencia incluye haber trabajado con la célebre astróloga Susan Miller en su proyecto de horóscopos en español. Apasionada del crecimiento y la superación personal, utiliza la astrología como una herramienta inspiradora para conocernos a nosotros mismos, liberar nuestro potencial, vivir una vida más auténtica y alcanzar nuestros sueños.







