En ocasiones, en la medicina tradicional occidental no se toma en cuenta cuánto pueden influir los pensamientos y las emociones en la salud y en el bienestar.
Así es como los pensamientos influyen en tu bienestar

No obstante, nuestros pensamientos tienen una gran influencia en nosotros; y todo lo que sentimos, vemos y pensamos tiene un gran impacto en nuestro cuerpo físico. Nuestra presión puede aumentar cuando estamos ansiosos por algo, o cuando algo nos preocupa podemos llegar a sentir náuseas o malestar estomacal.
El estrés puede causar insomnio y eso puede conducir a una baja en las defensas, aumentando el riesgo de contraer gripes o resfríos. Incluso estudios han asociado al estrés con infartos, problemas al corazón y ciertos tipos de cáncer.
Pero no se trata solo de las emociones negativas que impactan en nuestra salud, las emociones positivas también repercuten. Las personas más calmas, optimistas y con vidas felices, tienden a vivir más tiempo y hasta lucen más jóvenes. Y es que los pensamientos logran manifestarse de forma física con más frecuencia de lo que pensamos, incluso sin saber cómo será el resultado, el pensar sobre ello puede repercutir positiva o negativamente.
El gran poder del pensamiento

La ira o la frustración nos hacen más daño del que creemos. Un estudio demostró que unos pocos minutos de estos sentimientos logran afectar nuestro sistema inmunológico hasta 5 o 6 horas después. Y cuando los pensamientos negativos son más duraderos, afectan por más tiempo a nuestra salud.
Pero al mismo tiempo, el estudio demostró que las personas positivas, optimistas y compasivas tienen un sistema inmunológico más fuerte y tienden a ser más saludables y felices.
El poder del pensamiento es realmente muy grande e incluso creer que algo nos hará sentir mejor puede ayudar a alcanzar ese objetivo.
Aprende a cambiar tus pensamientos

Siendo conscientes del poder del pensamiento y entendiendo que la ira y el estrés afectan notoriamente a la salud, es importante tomar medidas para reducirlos.
Los expertos recomiendan hacer yoga o meditación —tan solo media hora puede aumentar tus niveles de serotonina y mejorar tu estado de ánimo— y tratar de incorporar un ritual tranquilo a la hora de dormir, lejos de las luces de las pantallas, tomando un té de hierbas o un baño relajante antes de ir a la cama. Pequeñas cosas como estas logran aliviar la ansiedad y la tensión y eso ayuda a aliviar el insomnio, entre otras cosas.
Al mismo tiempo, es importante cultivar la empatía, el perdón y la compasión para alcanzar el bienestar emocional. Y así dejar atrás molestias, rencores, iras y dolores del pasado que pueden provocar hipertensión o problemas gastrointestinales.
Aunque no lo creas, ser compasivo y perdonar es una gran forma de dejar la negatividad de lado que se tensiona en nuestro cuerpo causando problemas de salud.
Tomar consciencia del poder de los pensamientos y actuar sobre ello, puede ayudar a mejorar nuestras tensiones y malestares y vivir una vida más tranquila.









