8 señales de que en realidad eres feliz aunque sientas que no

Sales del trabajo luego de un día agotador, una reunión con tu jefe te mantuvo discutiendo hasta tarde, tanto que ya es de noche y ni siquiera lo habías notado. Mientras caminas hacia la estación de tren para volver a casa comienza a llover, no trajiste paragüas, porque tienes tanto trabajo que ni siquiera recordaste mirar las noticias para verificar si llovería.

Tu cabeza empieza a trabajar en tu contra: “todo me sale mal”, “tenían razón mis amigos, no nací para este trabajo” y muchos otros pensamientos que no hacen más que desmotivarte y hacer que te sientas peor.  

Pero aunque ahora no lo veas con tanta claridad, eres una persona muy privilegiada y que tiene todas las condiciones para lograr lo que se proponga.

¿Quieres saber cómo lo sé? ¡Mira a continuación!

Tienes un hogar de verdad

La tristísima realidad de este mundo es que no todas las personas tienen una cómoda cama para dormir cada noche ni una heladera repleta de alimentos para comer ni una televisión para mirar. Deberíamos estar muy muy agradecidos por todos estos aspectos tan simples pero a su vez valiosos de nuestra rutina.

Tienes o tuviste un trabajo

No es relevante cómo te fue en el trabajo hoy, lo importante es que has atravesado muchas etapas y entrevistas y lograste que de muchas personas te hayan elegido a ti por tus grandes condiciones. Alguien confió en que tú eras la persona que mejor podía hacer algo de un gran grupo.

¿No es eso suficientemente alentador?

Eres el dueño de tu destino

Algo que nunca tienes en cuenta (pero que deberías) es el hecho de que tú eres el único que decide sobre lo que sucede en tu vida. ¿Quieres ese trabajo? ¡Esfuérzate por él! ¿No te gusta dónde vives? ¡Haz algo por cambiarlo!

Nada cambia si nosotros no lo hacemos, ya lo dijo Aristóteles: "el éxito no es ninguna casualidad" , sino que todo está en las causalidades.

Tienes un sueño (o varios)

No tener una ilusión en la que pensar y perseguir debe sentirse un vacío muy profundo. Tú sí la tienes y es por eso que te propones desafiar a todos los que te dicen que no puedes concretarla. Aférrate bien fuerte a ella y no lo sueltes hasta lograrla porque de eso se trata la vida.

Tienes una "familia"

Ya sea una pequeña o una grande, conformada por amigos o parientes, tienes un grupo de personas que te acompaña y apoya en todo lo que haces: ¿podrías pedir algo más que eso? No somos nada sin nuestra familia y seres queridos a nuestro lado.

Tienes el mundo a tus pies

Tal vez nunca lo tienes en cuenta, pero si hubieras nacido 100 años atrás no tendrías la gran cantidad de oportunidades que tienes a tu disposición en esta era. ¿Quieres saber qué está sucediendo en China ahora? Puedes hacerlo, ¿quieres comunicarte con un amigo en Indonesia? ¡Claro que puedes! 

La inmensidad de opciones que tienes con hacer un simple clic eran inimaginables pocos años atrás. ¡Usa esos clics a tu favor siempre!

Tienes tu identidad en tus manos

Aunque a veces se vuelva difícil, la única persona que puede definirte eres tú mismo. No escuches lo que otros piensan de ti ni mucho menos permitas que te hagan creer algo que no eres. Créate a ti mismo, si no te gusta algo, cámbialo, pero siempre asegúrate de ser tú mismo el que lo decide.

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Tienes toda una vida por delante

Si no habían razones suficientes para que te des cuenta de lo feliz que eres, solo recuérdate a ti mismo: ¡soy joven! Con los años irás adquiriendo experiencia y ganando vivencias que te harán darte cuenta lo mucho que tendrías que haber valorado tu juventud. 

Todavía estás a tiempo de hacerlo, aprovecha estos años de oro.

Como ves, las pruebas de que eres muy feliz están a la vista. Tienes absolutamente todo lo que una persona necesita para hacer de su vida la más disfrutable y alegre, solo de ti depende si explotas todo eso a tu favor o no. Olvida la lluvia, olvida la discusión con tu jefe y recuerda cuán pequeños son esos detalles en comparación con el significado que tiene la vida y lo mucho que tienes para agradecer.

¡No pierdas más tiempo lamentándote y vive la vida!

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