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11 cosas que siempre te suceden cuando viajas en un bus repleto de gente

Viajar en transporte público... ¡si habrá cosas para decir al respecto! Probablemente es uno de los momentos del día que no podemos evitar: necesitamos de él para ir a estudiar o al trabajo, pero en la mayoría de los casos, tenemos que pasar por la incomodidad de viajar con el autobús completamente abarrotado de gente. Y esa sí que es una buena forma de arrancar pésimo el día. 

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¿Hay algo que nos provoque más malhumor que eso? ¡Lo dudo bastante! Y quienes pasamos por la experiencia cada mañana, nos entendemos. Estoy segura de que al menos una vez te sucedieron algunas de estas cosas  cuando el bus estaba lleno de gente y lo único que podías hacer era desear tener un auto. 

1. Te llaman por teléfono y no puedes atender

Suena y suena tu celular, y de tan apretado que estás entre la gente, no tienes ninguna posibilidad de meter la mano en tu bolsillo para poder atender. Y si logras hacerlo, mucha suerte para cuando quieras guardarlo. 

2. Tienes que soportar olores de todo tipo

En mi experiencia personal, creo que no hay muchas cosas que sean más desagradables que la mezcla de olores que puede haber dentro de un autobús. ¡Y ni que hablar en verano! Cuando las altas temperaturas tienen un efecto poco agradable en las personas. 

3. Nadie abre las ventanas

Entiendo que no sea verano, pero dentro del bus, cuando estamos todos apretados como sardinas en una lata, respirar aire no nos vendría nada mal. Y si milagrosamente alguien se digna a abrir la ventana... ¡oh, casualidad! Está dañada y no deja abrirla. 

4. Escuchas un audio de WhatsApp y sin querer lo escucha todo el mundo

Entre el estrés de estar rodeado de gente, y mientras luchas por poder escuchar un audio, no logras que salga por otro lado que no sea el altavoz, y todos se enteran del mensaje que se suponía que solamente tú debías escuchar. 

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5. Planeas estrategias para poder bajarte sin morir en el intento

Estás a pocas paradas de bajar, y quedas en el medio del bus, sin escapatoria. Y ahí es cuando llega el momento en que miras hacia un lado, hacia el otro, y planeas la mejor estrategia para poder llegar a la puerta y bajarte. 

6. Siempre hay alguien capaz de TODO por conseguir un asiento

¡No faltan nunca! Parecen tener un radar para detectar cuando un asiento queda libre, porque no sabes de dónde es que salen, pero de un momento a otro ya se hicieron con el lugar libre. 

7. Deseas profundamente tener el poder de teletransportarte

¡Qué fácil sería nuestra vida!

8. Vas con la cara literalmente pegada a la puerta

Si tienes la mala suerte de ser uno de los últimos pasajeros en abordar, prepárate, porque cuando la puerta se cierre tu rostro se pegará a ella cual ventosa al vidrio. 

9. Si llevas exceso de equipaje, la pasas realmente mal

Sientes que molestas a todos con tus bolsos, todo el mundo suspira y patea tus cosas. Ya sabes, desde antes de subirte, que nada bueno va a pasar. 

10. Si logras sentarte, soportas que los demás miren lo que haces con tu celular

¡Qué molesto! Estás escribiendo un mensaje y te sientes observado, pero no le das importancia. Y mientras lees una respuesta, levantas la vista y ahí está, la persona que está parada a tu lado se lleva el premio a la que más le gusta meterse en los asuntos ajenos. 

11. Te enojas, y juras no volver a viajar en autobús, pero siempre regresas

Puedes patalear y quejarte, pero sabes que al día siguiente, volverás a tomar el bus como todos los días, y pasarás por la misma odisea. 

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Uff... qué difícil es la vida de los que viajamos en autobús a diario. Lo bueno es que cada tanto tenemos un buen día en que nos subimos, y mágicamente está vacío, y podemos disfrutar de un viaje tranquilo leyendo sin que nadie nos moleste.