Cuando todas a tu alrededor parecen estar maravilladas con el cambio de color de su cabello o con las californianas que tan bien lucen en el verano, es difícil no caer en la tentación del teñido.
Yo elijo no teñirme por estas 4 razones

Pero por suerte siempre he tenido presente que los retoques de color son un viaje de ida, y por eso, durante todos estos años me resistí a emprenderlo. No juzgo a nadie que lo haga; de hecho, creo que se ve muy muy bien los retoques de color en el cabello (salvo excepciones, claro).
Y a pesar de las tentaciones y de la insistencia de mi estilista en que mi cabello teñido se vería extraordinario, he logrado mantenerme firme en la línea del no teñido.
Y mira todos mis argumentos:
El daño es muy grande
Tanto la tintura para teñir el cabello como las sustancias utilizadas para decolorarlo son productos muy agresivos que no le aportan ningún beneficio al cabello. Por eso, mientras podamos es preferible mantenernos alejadas de ellos para proteger al cuero cabelludo y preservar su salud.
Un compromiso de por vida
Como ya lo mencioné, el teñido del cabello es un viaje de ida con el que hay que comprometerse si queremos mantener un aspecto ejemplar y la salud de nuestro cabello.
Inversión millonaria
Teñirse con regularidad implica determinada serie de gastos. No solo es necesario pagar el teñido, sino que también es importante usar productos de hidratación y protección, ya que el cabello está mucho más vulnerable a daños externos.
Me gusta mi color natural
Los cambios pueden ser muy favorables, pero podemos encontrarlos en muchos otros lugares además de en el cabello. Es importante apreciar y valorar nuestro color natural en lugar de buscar un tono diferente, porque seguro que ningún otro color nos favorece tanto como el natural.
Como ves, no tienes que sentirte presionada de teñirte si te sientes muy bien con tu color natural. No hay nada más saludable ni favorable para el cabello que mantenerse alejado de todo tipo de productos químicos.
Suficiente daño recibe por parte del medio ambiente como para someterlo a tratamientos violentos como es la decoloración y la aplicación de la tinta.
¡Que viva el color natural!









