Lavas tu cabello, pasa un día y ya sientes la necesidad de hacerlo de nuevo. Se ve grasiento y con poca vida, ¡como si no lo hubieses lavado en meses! Sí, es frustrante, apenas fue ayer la última vez que lo lavaste…
Renuncia a estos 8 hábitos y lavarás tu CABELLO la mitad de veces que ahora


Pues, tal vez el problema no esté en tu cabello, sino en la manera en que lo lavas. ¿Una pista? Puede que la solución no esté en lavarlo de nuevo; deberías, mejor, prestar más atención a cómo lo lavas para así detectar qué es lo que lo está afectando.
Tal vez estés cometiendo estos errores...
#1 No usas suficiente shampoo

Si bien el uso exagerado de shampoo puede afectar la producción de aceites naturales, el otro extremo tampoco es favorable. Lo recomendable es usar una medida generosa cada vez que lo lavas para remover el polvo y toda la mugre que se va acumulando en la cabellera.
#2 Lo lavas demasiado seguido

Usar demasiado shampoo y lavarlo todos los días puede darle el mismo aspecto de suciedad que si no lo lavas con frecuencia. ¿El motivo? Cuando lo lavas demasiado remueves los aceites naturales y tu cuero cabelludo comienza a producir aceites en cantidades industriales para compensar dicha pérdida.
#3 Aplicas el acondicionador donde no corresponde

Si bien los peluqueros lo dan por hecho, no todo el mundo sabe con precisión cuál es el lugar adecuado para aplicar acondicionador. Por si tampoco lo sabías, la aplicación de acondicionador es una forma de remendar el 'daño' causado por el shampoo, ya que este último se encarga de remover la suciedad pero inevitablemente remueve propiedades naturales del cabello que lo mantienen hidratado.
En definitiva, es por eso que luego aplicamos el acondicionador, para devolverle lo que le quitamos. Pero no tan rápido, debemos tener en cuenta que el único lugar en el que debemos colocarlo es en las puntas y jamás en las raíces.
#4 El agua está MUY caliente

Sí, yo también adoro bañarme con el agua a una temperatura extremadamente alta. Pero esto no favorece a tu cabello, ya que puede resecarse con la exposición al agua caliente. Y una vez más, ¿cómo reacciona nuestra cabellera? Se defiende produciendo cantidades innecesarias de aceite natural y nos deja el cabello con ese aspecto que tanto queremos evitar.
Es recomendable dejar que corra un poco de agua fría sobre nuestra cabellera antes de salir de la ducha; esta sencilla medida compensará el calor al que la sometimos.
#5 Los productos de peluquería no son para ti

Es fundamental que elijamos el shampoo que mejor se adecue a nuestro tipo de cabello. Si, por ejemplo, optamos por un shampoo diseñado para cabellos resecos, pero nuestro cabello tiende a engrasase, es posible que nuestro cabello se vea 10 veces más graso.
Por lo tanto, es conveniente que observes con atención para qué tipo de cabello es lo que compras y ¡no te dejes engañar por falsas promesas!
#6 Utilizas la planchita todos los santos días

No hay un día en el que no recurras a la alisadora para eliminar el frizz. Y aunque ya sabes que no es un hábito necesariamente bueno para tu cabello, no puedes evitarlo.
Es probable que la planchita no solo esté quemando tu cabello sino que también esté provocando que adquiera ese aspecto de suciedad. Ya tienes otra excusa para usarla con más moderación.
#7 Higiene de la planchita y cepillo

Puedes tener el cabello limpio, pero si entra en contacto con un cepillo o una planchita sucia, puedes decirle adiós al look de recién lavado. Los aceites se transfieren muy fácilmente al cabello (así como cuando nos acarician la cabeza y vemos nuestro brillante cabello amenazado). Por lo tanto, es conveniente lavar tus productos antes de cada uso.
#8 Te cepillas demasiado

Hay un mito por el que muchas mujeres se guían: "cuanto más cepillemos nuestro cabello, más sano estará". Pero la realidad es que esto puede ser contraproducente, ya que cada vez que lo cepillas estimulas la producción de aceite natural. Por lo tanto, si lo haces con demasiada frecuencia, tu cabello se verá grasiento.
No dejes de cepillarlo, claro, pero hazlo con moderación.
De seguro encontraste los hábitos culpables que te estaban obligando a lavar tu cabello todos los días. Una vez que los abandones, verás cómo tu cabello dura limpio mucho más tiempo. Además, dejarás de invertir tanto dinero en shampoo y no tendrás que pasar por la tediosa tarea de lavarlo y secarlo todos los días.









