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Mi abuela me pasó estos secretos y no los cambio por nada del mundo

Si de algo pueden presumir nuestras abuelas es de saber mucho más de la vida que nosotras. Por eso, es importante que prestemos atención a cada consejo que nos dan. Abre bien tus oídos cuando estés con la tuya y toma nota de cada tip.

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Mientras, nosotros os dejamos esta recopilación de secretos de nuestras maravillosas abuelas...

#6 Deja las heridas al aire

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¿Quién no ha oído decir a nuestras abuelas que dejemos cicatrizar solas las heridas? Pues bien, estaban completamente en lo cierto, aunque cuidado, si la herida está aún muy abierta es mejor poner una tirita un par de días. Si es un pequeño corte o si ya ha empezado a cicatrizar sigue con el consejo de la yaya.

#5 Ponte protector pase lo que pase

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Si algo nos hemos cansado de oír de nuestras abuelas es su sempiterno: ¡échate crema que vas a quemarte! Y es verdad: con el sol hay que tener mucho cuidado, incluso cuando hay nubes.

#4 Zumo de zanahoria para mejorar tu cutis

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¡Qué sabias son nuestras abuelas! Efectivamente, la zanahoria contiene betacaroteno que ayuda tanto a proteger nuestra piel como a mejorar nuestro cutis. Además, ayuda en el bronceado de nuestra piel. ¿Qué más podemos pedir?

#3 Hidrata tu piel

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Estamos cansadas de ver a nuestras yayas echarse kilos y kilos de crema. Ellas mejor que nadie saben la importancia de hidratar la piel para que mantenga su elasticidad. No dejes de seguir este consejo para mantener una piel lisa y tersa.

#2 No laves tu pelo todos los días, lo estropeas

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Debemos puntualizar que lo que estropea el pelo no es el lavado diario, sino el tratamiento posterior, es decir, el secador. Someter a nuestro pelo a diario al aire caliente lo reseca, por lo tanto es preferible lavarlo cada dos días, como aconsejaba la abuela, o dejarlo secar al aire.

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#1 Evita comerte las uñas

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Cuando nos regañaban por llevar a nuestra boca las uñas había una razón de peso. Morderse las uñas, además de ser un síntoma de estrés no controlado, resulta en el empobrecimiento de estas. Si no evitamos este hábito podemos debilitarlas de un modo casi irreversible.

Aquí están los consejos que aprendimos de nuestras abuelas, sabiduría de antaño que no tiene desperdicio. ¿Vas a desaprovechar los consejos ancestrales que han pasado de generación en generación?

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