La percepción de nuestro cabello es en gran medida cultural. Por este motivo, no debe extrañarnos que haya cambiado tanto a lo largo de nuestra historia.
¿Cómo ha cambiado la percepción del cabello con el tiempo?

La pregunta es: ¿qué tan consciente eres de estos cambios? Después de leer lo que sigue lo serás y mucho:
En la antigua Grecia y Roma

Existe una conexión entre el sexo y el cabello desde tiempos inmemoriales. De hecho, para escritores y médicos de la Grecia clásica, el pelo tenía una función sexual muy definida. En concreto, para Hipócrates, el cabello nacía gracias a la congelación de los fluidos sexuales como el semen. Según su concepción, el cabello era hueco y absorbía el líquido seminal. ¿Cómo? Durante el coito, el semen secretado viajaría hacia el cabello de las mujeres y cumpliría su cometido. En el marco de esta creativa concepción, el cabello era considerado como una extensión de los genitales femeninos.
Para los hombres, en cambio, el cabello era símbolo de poder y riqueza. Quienes tenían la cabeza afeitada eran únicamente los esclavos. De hecho, si te interesa la mitología, observa muy bien las estatuas de sus dioses. La mayoría tenían un cabello largo y ondulado que lucían con orgullo.
En la antigua Roma, el cabello largo en las mujeres era considerado muy sensual y era una de sus armas de seducción. No ocurría así con los hombres, pues consideraban que este atributo era solo para aquellas personas que se dedicaban al pensamiento y a la filosofía y no tenían tiempo de cortarlo. Por lo demás, los hombres usaban siempre el pelo muy corto y este estilo se transformó en el más popular especialmente luego de que Julio César venciera a los galos entre el 58 y el 52 a. C.
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Edad Media

Al igual que en la antigua Grecia, si un hombre llevaba el pelo corto, significaba que pertenecía a la servidumbre. Era un castigo atroz que enviaran a cualquier persona a cortarse el pelo. ¡Era peor que ir a la cárcel! Lo usaban para distinguir no solo a quienes estaban en la servidumbre, sino a personas de otras culturas como la musulmana.
Los ingleses y franceses consideraban que usar el cabello largo hasta cierto punto estaba permitido. En muchas pinturas de la época seguro que habrás visto a príncipes con su cabello largo hasta los hombros ─más ya era considerado bárbaro─.
En cuanto a las mujeres, todas llevaban el pelo muy largo. Sin embargo, solo las que eran solteras podían lucirlo, mientras que las casadas tenían que cubrirlo con una cofia. Esto nos puede indicar que el pelo largo era atrayente para los hombres solteros que buscaban una relación, pues les señalaba si una mujer estaba «disponible» o no.
Siglos XIX y XX
Adentrándonos en el siglo XIX y XX podemos también asegurar que el cabello largo en las mujeres era muy apreciado y tomado como un símbolo de femineidad. Podemos hacer la salvedad de la época que se extendió entre los años 20 y 30, en la que las melenas cortas se impusieron.
En cuanto a los hombres, estos usaban el pelo largo y la barba hasta antes de la Primera Guerra Mundial. Es de suponer que las mujeres los encontraban muy atrayentes así. Esto cambió durante la guerra porque todos los soldados tuvieron que cortarlo para evitar la proliferación de pulgas y piojos que, claro, era muy común en ese contexto.
Hoy en día, los estereotipos respecto al cabello son cada vez más débiles. Tanto hombres como mujeres lucen el pelo largo o corto de forma indistinta, según sus preferencias ─salvo en entornos más estrictos de reglas más rígidas, como la milicia o la religión (sí, los monjes budistas son un ejemplo)─. Más allá de estos ámbitos, cada quien es libre de elegir un pelo tan corto como el de Kristen Stewart o tan largo como Xie Qiuping, que rompió el récord mundial tras alcanzar más de 5,6 metros de longitud.
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