La fotocerámica, una forma de personalizar los azulejos

Como podemos suponer por su nombre, la fotocerámica se resume en la impresión de imágenes sobre un soporte en cerámica. Con este sistema se tratan azulejos clásicos utilizados en diferentes habitaciones de la casa para revestir las paredes o los suelos, y se decoran con imágenes de calidad digital.

Gracias a esta ingeniosa invención, los interesados pueden personalizar el interior de su hogar en función de sus gustos particulares.

Características de la fotocerámica

Las ventajas relacionadas de la fotocerámica son enormes, comenzando por el hecho de que las creaciones son inalterables y fáciles de mantener. Además, el resultado obtenido es original y único, y de una calidad irreprochable.

Los colores elegidos, al igual que los motivos quedan bien con la decoración dominante, o mejor aún, crean por sí mismos un ambiente más auténtico en cada habitación. Actualmente, es posible encargar diferentes motivos tipo trampantojo, con la intención de crear una ilusión óptica.

La fotocerámica, un mundo de posibilidades

Que se quieran personalizar los azulejos del cuarto de baño o de la cocina, las posibilidades son enormes en cuanto a la elección de los motivos y de los colores. Las exigencias de los clientes suelen respetarse por parte de los diseñadores.

De esta forma, los apasionados de la naturaleza verán sus deseos cumplidos con unos espléndidos parterres de flores, cascadas magníficas, vegetación frondosa, y todo tipo de paisajes que no dejarán indiferente.

Las personas con un espíritu más moderno, se podrán dejar seducir por la representación de la ciudad de Nueva York y diversos monumentos en particular. Al margen del banco de imágenes en el que se basan las propuestas, el equipo está compuesto de ceramistas e infografistas que trabajan por encargo, realizando proyectos a partir de fotos que aportan los clientes, siempre que éstas sean de buena calidad.

Por último, las realizaciones en fotocerámica se presentan habitualmente en forma de fresco, pero también pueden cubrir una parte de la pared; el tamaño de la obra lo define siempre el cliente.