Para conservar durante más tiempo nuestro calzado, conviene realizar un mantenimiento regular y frecuente. Veamos algunos consejos para la limpieza y cuidado del calzado y hacer que nuestros zapatos luzcan como recién comprados.
Consejos para la limpieza y cuidado del calzado

Algunos consejos
Todos tenemos un par de zapatos preferidos, normalmente porque son nuevos y siguen la tendencia del momento. Cuestión de práctica, este calzado es mucho más confortable que otros y que cada cual tiene sus zapatos fetiches.
Sin embargo, conviene saber que más vale evitar llevar el mismo par de calzado durante dos días seguidos, para dejarlo respirar. También conviene saber que al final del día, en vez de guardar los zapatos directamente en el armario, es indispensable airearlos, y esto tanto en verano hacerlo en invierno.
Cuando llueve, es necesario desinfectar los zapatos en su interior con ayuda de un spray. Esto permite evitar que los hongos se desarrollen. Es decir, conviene introducirles papel de periódico antes de dejarlos secar al aire. Este método es eficaz para absorber la humedad e impedir al calzado que se deforme.

Aunque estén húmedos, los zapatos no se debe airear cerca de una fuente de calor, como un radiador, por ejemplo. De esta forma evitamos que el cuero o la piel se resquebraje rápidamente. Igualmente, es preferible airearlos al aire libre, evitando que les den directamente los rayos del sol, puesto que favorecería su decoloración.
A cada material su producto adaptado
Por supuesto, limpiar un calzado pasa necesariamente por quitarle el polvo. Incluso guardados en el armario, los zapatos deben mantenerse limpios. Se trata de una etapa fundamental, sabiendo que siempre hay que limpiar el calzado del par completo, y al mismo tiempo, aunque uno esté más limpio que otro.
Lo ideal es utilizar un paño suave para esto. Por supuesto, se recomienda también colocarlos en un lugar seco, preferentemente en su caja original de embalaje. El verdadero mantenimiento de los zapatos debería efectuarse cada dos semanas para que los zapatos tengan el aspecto del primer día.

Para la limpieza del calzado de cuero, tendremos que usar un paño de algodón y una buena cera. ¿Y si son de ante? Entonces conviene usar un cepillo para la ropa. Para los zapatos de tela, basta con limpiarlos con una esponja previamente humedecida en agua. Para la limpieza de los zapatos satinados, basta con aplicar una crema suave con ayuda de un paño, y repetir esto cada quince días.
Por supuesto, todos los tipos de calzado no pueden ser tratados de la misma manera, ni con los mismos productos. Ciertos materiales son más delicados que otros, por eso conviene comprobar bien que el producto que empleamos se adecua correctamente al tipo de zapato que vayamos a limpiar.









