La avena te hace bien por dentro, ¡y también por fuera! Por eso, te recomendamos seis mascarillas caseras, tanto para el rostro como para el cuerpo, fáciles y efectivas. Luce una piel fabulosa con estas recetas para prepararlas.
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El poder de la avena. Al ser hidratada, la avena libera sustancias que son excelentes para la piel. Con ella, prepara una leche y combínala con otros ingredientes, así lo aconseja la licenciada en medicinas naturales, Elisa Botti, quien compartió algunas recetas.
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‘Facials’. Si has olvidado colocarte ‘sunblock’, combate el enrojecimiento postsolar de tu rostro con esta fórmula: el primer paso consiste en poner avena en un recipiente con agua hirviendo.
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Adiós al ardor. Segundo paso: con la leche que se obtiene, pincela tu rostro. Déjala hasta que se seque (mínimo, 20 minutos) y enjuágate con agua tibia.
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‘Anti-wrinkle’. Mezcla la leche de avena con jugo de uvas frescas. Además de atenuar las odiosas arruguitas, sirve para aclarar la piel. Esparce en el rostro y deja secar. Retira 20 minutos después, con agua tibia.
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Dale a tu piel un último ‘touch’ con agua de rosas.
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Nutre tu rostro para que quede impecable. Consigue darle a tu cutis lo que requiere para verse fabuloso.
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Mezcla la leche de avena con puré de papaya fresca. Emulsiona hasta obtener una preparación homogénea, y aplícala sobre tu rostro limpio.
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Toques finales. 15 minutos después de colocarte la mascarilla mencionada, enjuágate con agua tibia. Puedes aplicarte el zumo de la papaya con un spray, a modo de loción.
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¡Todos notarán lo radiante que luce tu rostro!
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¿Por qué papaya? Las enzimas de este alimento y los nutrientes antioxidantes que la componen, han probado ser beneficiosos para revitalizar y suavizar la piel, según una investigación del 2013, publicada en la revista científica Journal of Medicinal Plants Studies.
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‘Aftersun’ corporal. Si el sol te ha lastimado, pon en una bolsita de gasa de algodón unas 7 oz (200 gramos) de avena y colócala en la tina con agua caliente.
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Quédate sumergida en ese placentero baño 20 minutos, y pásate la bolsita por el cuerpo.
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Exfoliante corporal para brillar. Mezcla 3.5 oz (100 gramos) de avena con 1.7 oz (50 gramos) de semillas de lino. Muélelas e hidrátalas hasta que la mezcla quede espesa.
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‘Rub’. Coloca esta pasta sobre un guante, y frótate las piernas y glúteos, especialmente en las zonas donde haya grasas localizadas. Enjuaga con agua tibia los restos que hayan quedado.
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Rocía tu piel con una loción de centella asiática, y notarás la diferencia.
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Adiós a las arañitas. Si tienes várices en las piernas, mezcla el jugo de un limón con agua, y masajéate la zona. Una vez absorbido el líquido, pincélate con leche de avena y deja secar. Retira con agua tibia y rocíate una loción de hamamelis.
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¿Por qué hamamelis? Al parecer, contiene polifenoles y agentes antioxidantes que la convertirían en un potencial ‘anti-aging’, señala un estudio publicado en 2011 en la revista científica Journal of Inflammation.