Una bala para el Che, ficción histórica

Es inédito que en LaHistorieta abordemos un género como la ficción histórica, sin duda una gran deuda que tenemos con esta tradición artística que abarca todo tipo de formatos: desde la literatura hasta el cine. Por supuesto que el cómic no es la excepción a la regla.

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Las viñetas también han sido un medio para recrear acontecimientos históricos entrelazados con la siempre necesaria intervención ficcional. Un breve repaso cronológico no puede dejar afuera historietas como El Cabo Savino de Carlos Casalla, sobre los relatos de la llanura pampeana o Historia de España por Jorge Alonso y Félix Carrión. Sólo por nombrar algunos ejemplos, claro.

Morir por el Che es una obra que retoma la ficción histórica en un medio artístico satinado por el cine de ficción de superhéroes. Roy y Marcos Vergara nos recuerdan que el cómic es el recurso más humano para contar una historia, sobre todo si ésta se enviste en un soberbio trabajo de tintas como el de Caio Di Lorenzo. Una co-producción uruguaya-argentina que cumple con el cometido elemental del relato, entusiasmar al lector. ¡Y vaya que lo hace!

¿Un cómic del Che Guevara?

Sin dudas el rostro del Che Guevara es uno de los más iconizados de la historia occidental, tal vez junto a la Gioconda y George Washington. Es por este motivo que el trabajo de trasladarlo al papel debió significar un peso sobre los hombros de Marcos Vergara. No obstante, la construcción del Che Guevara en este cómic dista mucho de lo que uno esperaría: un hombre recio y duro. Pero lejos de resultar nocivo o decepcionante, esta reencarnación del guerrillero nos recuerda el lado más humano del personaje, la sonrisa y la simpleza, esencia muy bien captada y plasmada tanto en guión como en dibujo.

Pero lo más interesante de este trabajo es que el relato no gira en torno al Che Guevara, sino que éste hace de testaferro para contextualizar los trágicos sucesos que derivaron en la muerte de Arbelio Ramírez, un 17 de Agosto de 1961.

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Una trama central de conspiración y traiciones enmarcada en el Montevideo de los 60s nos sirve como excusa para conocer algunos de los personajes históricos que pueblan las páginas de Morir por el Che: la Gallega, Tom Flores, Haedo y el propio Arbelio.

La intervención ficcional corre por cuenta de Patricia, único personaje inventado del cómic. Con reminiscencias a Claudia Falcone en La noche de los Lápices, este personaje está inspirado en los lamentables hechos de violencia que sufrió la militante Soledad Barret en 1962. Toda ficción histórica necesita, justamente, su cuota de desafío a la realidad de los hechos, algo que aporte un plus ucrónico a la narrativa. Creo que Patricia satisface esa necesidad a la perfección.

En resumen, Morir por el Che es una obra fantástica desde donde se lo mire. Ilustra y entusiasma al lector a investigar este suceso histórico más allá de lo que se muestra en las páginas. Cada detalle está cuidado y respaldado con exactitud científica: desde las portadas de periódicos hasta los diálogos de Aedo, Allende y, por supuesto, el discurso del Che.

Felicidades a Roy, Marcos y Caio, así como a las editoras Loco Rabia y DragonComics, han logrado revivir un retazo de historia.