Suicide Squad: Hell to Pay: una original, corrosiva y entretenida película animada de DC
Sam Liu se sienta nuevamente en la silla de director para entregarnos Suicide Squad: Hell to Pay (2018), otra película de DC dedicada a un público adulto, y este equipo de criminales coaccionados a realizar misiones de las que podrían no salir vivos a cambio de una reducción en sus sentencias es el elemento ideal para explotar el lado más violento y cínico del director.
Una visión nueva de Suicide Squad aplicando un estilo clásico
Desde su primera aparición en la pantalla, Suicide Squad ha tenido siempre una dinámica diferente a otros personajes o grupos de los cómics. Para empezar, no tiene un solo protagonista central, sino que se trata de un equipo, por lo que la tensión y el ritmo son pautados por la interacción de los integrantes que lo componen. Para lograrlo, se ha apelado a las referencias o al uso de estilos de edición que recuerdan a directores como Quentin Tarantino y Guy Ritchie.
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Pero en Suicide Squad: Hell to Pay la película arranca desde el primer minuto con un formato argumental de película exploitation. Por si alguien no lo conoce, este es un subgénero de bajo presupuesto aparecido en los 70, en el que las películas apelaban a un deseo de la audiencia por experiencias fuertes. Las producciones estaban enfocadas en temas escabrosos y cargadas de violencia gratuita equiparable a la presente en una película de terror splatter, contenido erótico y/o sexual a medio paso de la pornografía, actuaciones exuberantes, personajes grotescos (y en muchos casos estereotipados), situaciones tan ridículas como hilarantes y antihéroes torturados en busca de una cruel venganza o la redención (o ambas, todo es posible).
Suicide Squad: Hell to Pay tiene todo eso y más. Al mismo tiempo, es la primera película animada de DC en tener este estilo tan marcado.
La premisa de Hell to Pay
Se nos presenta un equipo que recuerda al visto en la continuidad New 52 de los cómics DC. Vemos que Amanda Waller ( Vanessa Williams) ahora es una mujer delgada, pero en realidad esto no se debe a una nueva estética aleatoria para este personaje, que —casi siempre— es presentado con algo de sobrepeso. La nueva apariencia es resultado de una enfermedad terminal.
Con los días contados, Waller envía a su Task Force X, compuesto por Deadshot ( Christian Slater), Harley Quinn ( Tara Strong), Captain Boomerang ( Liam McIntyre), Bronze Tiger ( Billy Brown), Killer Frost ( Kristin Bauer van Straten) y Copperhead ( Gideon Emery) a la misión de encontrar a un tal Maxum Steel ( Greg Grunberg), un típico cretino que trabaja como stripper en un club nocturno. Waller no necesita a Maxum, sino lo que este sabe. Esto es así ya que Maxum, a pesar de su poca inteligencia y comportamiento ridículo, fue brevemente el Doctor Fate, el hechicero más poderoso del universo y el encargado de enfrentar a los amos del caos.
En la torre de Fate, que también es una especie de museo con toda clase de herramientas y artículos místicos, hay una tarjeta muy especial que sirve de salvoconducto para evitar ir al infierno luego de morir. Todo villano con los días contados empezará a buscar esta tarjeta a fin de evitar la condenación eterna, y el Suicide Squad debe encontrarla primero.
Fácil de disfrutar… si te gusta el género
Al ser una película exploitation, Suicide Squad: Hell to Pay no solo sigue un estilo argumental y una estética determinados, sino que está repleta de guiños, referencias y clichés presentes en otras obras de este género, lo que no necesariamente será del agrado de todos. Pero se debe recalcar que la conducta de los miembros del Escuadrón (como la de varios de los personajes secundarios, como el villano Professor Pyg) se adecua bien a este estilo narrativo escabroso. Sus personajes principales son, de por sí, tan violentos como excéntricos, así que el resultado es prolijo, no se siente forzado, y la trama es llevadera y divertida de ver.
¿Ya has visto Suicide Squad: Hell to Pay? ¿Qué te ha parecido?