Reseña: Catwoman #3

Después de los eventos de Flashpoint el universo DC Comics volvió a re-inventarse, con la editorial lanzando una vez más todos sus títulos para acercarlos a un nuevo grupo de lectores.

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Catwoman, o Gatubela, también sufrió este cambio y ahora la nueva serie mensual se encarga de narrar los eventos de sus primeros días como criminal. Hoy en nuestra sección de reseñas hablaremos sobre la tercera entrega de Catwoman, que salió a la venta el pasado 16 de noviembre.

La muerte de Lola

Un elemento clásico a la hora de crear un súper héroe o súper villano, es la tragedia. Batman tuvo el asesinato de sus padres, Superman la destrucción de su planeta, Spider-man la muerte de su tío Ben, y con esta nueva exploración del universo DC llegamos a conocer como Gatubela se vuelca hacia el crimen con el asesinato de Lola MacIntire.

A la hora de reseñar esta lectura tuve una sensación mixta, y es que los personajes de Lola y Bone sirven solamente a una función y no pasarán a formar parte de nuestra memoria sobre las historias de Gatubela.

Es decir, Bone es el criminal que ha torturado hasta la muerte a Lola para obtener información sobre Selina, y por supuesto que Selina escapará, golpeará a los esbirros y estará frente a frente con el motivo de su venganza, aunque el desenlace no lo voy a develar.

Salvo eso, la existencia tanto de Bone como de Lola es inútil. La fórmula de venganza como motor del personaje ha sido trabajada hasta el hartazgo, pero en Catwoman #3 Judd Winick no intenta ni por un segundo despegarse de lo esperado.

Imagen DC Comics

La muerte como motor del cambio

De Catwoman #3 lo único que me queda es que para convertirse en un personaje significativo hay que presenciar una muerte que sirva como detonante para el uso pleno de las habilidades especiales. Poco original y previsible.

Catwoman es un personaje interesante, pero esta nueva serie no ha terminado de despegar todavía de cara a los nuevos lanzamientos del universo DC Comics.