No es secreto para nadie que Frank Miller es uno de los escritores más influyentes del mundo de los cómics. Su influencia en Batman fue definitoria para lograr la versión oscura de El Caballero de la Noche que disfrutamos hoy en día, y sus novelas gráficas como 300 han aportado muchísimo a nivel estético tanto en cómics como en cine. Sin embargo, hay una de sus obras que resalta por encima de todas: Sin City es, sin lugar a dudas, la joya de la corona de Miller.
¿Por qué Sin City es tan imprescindible para todo amante de cómics?

En palabras de Marv, uno de los residentes más reconocidos de Basin City, si caminas por el callejón correcto de la ciudad, puedes encontrar lo que sea. Esta descripción encaja maravillosamente en este mundo, aparentemente blanco y negro, pero cargado de explosiones de color que maravillan.
Sin City funciona tan maravillosamente porque, como lectores, entramos completamente ciegos y sin preparación para lo que está por ocurrir, y poco a poco conectamos las pistas hasta caer en la cuenta de que este no es un lugar tan bonito como imaginábamos. Asesinatos, tortura, prostitución, canibalismo; Sin City es la narrativa de la naturaleza de este lugar enfermizo y aterrador. Porque el gran secreto del éxito de esta saga no son sus personajes, ni sus historias pequeñas: es la ciudad misma. La gran protagonista.
La serie de novelas gráficas de Miller son un portarretratos oscuro y distópico del rumbo que cualquier gran metrópolis podría tomar si lo peor de la naturaleza humana se apoderase de ella. Poblada por un manojo de desadaptados que intentan desesperadamente reclamar un lugar de la ciudad como su espacio personal donde puedan estar a salvo de la locura, la ciudad no permite que nadie lo consiga.
Ninguno de nuestros protagonistas es realmente un héroe. Marv, Hartigan, Dwight, todos parecen estatuas de piedra que repentinamente cobran vida. Duros por fuera, pero con una gran debilidad que los hace capaces de todo: las mujeres. La bestia que se esconde dentro de cada uno no dudará ni un segundo en salir al exterior y vengar o proteger a la mujer que aman, con resultados catastróficos para todo el mundo.
La narrativa entrecruzada de las novelas hace de la lectura de la saga un todo mucho más entretenido, y son evidencia de la pericia de Miller como escritor. Además, ayudan a darle una mayor profundidad a las redes humanas que hacen que la ciudad funcione. Después de todo, es la gente que habita en ella la que la hace ser la ciudad que es.
Finalmente, Sin City tiene a su favor un estilo estético memorable, que ha influenciado todo lo que ha salido posterior a su publicación. O una oscuridad total coloreada por líneas blancas, o blancos infinitos manchados por la suciedad de las almas de Sin City, su estilo de alto contraste con eventuales explosiones de rojo sangre, amarillo bastardo, o azul seductor es algo realmente impresionante.
Su valor como pieza artística, más allá de ser un libro, es lo que ha hecho de Sin City algo atemporal. Si algo ha ayudado a que los cómics expandan su alcance como medio cultural es el arte que decora sus páginas y, en Sin City, Miller logró cambiar para siempre los cánones de la industria.
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