Ferdinando: la película de Disney prohibida por Hitler volvió 78 años después para inspirarnos a todos

Basada en El cuento de Fernandino, de Munro Leaf, este remake trata de revivir  la más rebelde de las esencias de Disney con un mensaje antitauromaquia que, sin conformarse con esto, se extiende hacia la crítica de una de las conductas humanas más instintivas e incorrectas: establecer estereotipos por procedencia y apariencia.

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Ferdinand prefiere oler flores en el campo a enfrentarse al rojo del capote

Imagen Disney

«Parece ser que, desde que naces, la gente cree que te conoce según como te ves, como hablas, de donde vienes, pero no es tan fácil...». Así comienza el tráiler de la adaptación realizada por 20th Century Fox de uno de los cortometrajes más inspiradores de Disney. 

A pesar de ser un toro bravo (especímenes macho de una heterogénea población bovina​ desarrollada, seleccionada, y criada para su empleo en diferentes espectáculos taurinos), Ferdinand no se aferró a su naturaleza ni propósito predefinido, sino que abrazó su esencia única y diferente. Él no quería participar en las corridas o los encierros, simplemente disfrutaba del olor de las flores y la belleza de lo simple; lo cual, obviamente, incitó el rechazo de los demás toros, quienes lo trataban por loco.

Pero la historia de Ferdinand es mucho más que una película para niños

Imagen Disney

Previa a su primera adaptación, la historia de Ferdinando había despertado el odio del dictador Francisco Franco, quien la censuró ni bien terminada la Guerra Civil; y, además, provocó al mismísimo Hitler, quien la prohibió y eliminó de todas las librerías alemanas, ordenando quemar todos sus ejemplares, objetando que se trataba de una conspiración, una propaganda democrática degenerada, y un discurso de izquierda y de República.

Imagen Disney

Pero tal fue el impacto de este cuento que, tras la muerte de Hitler, se imprimieron 30 mil copias, que fueron repartidas de forma gratuita en toda Alemania, e incluso Gandhi utilizó el cuento para difundir su mensaje de paz. Su posterior animación ganaría, además, el Oscar al Mejor Cortometraje de Animación.

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78 años después, Ferdinand vuelve; distinto, pero manteniendo su esencia  

Imagen Disney

Esta vez se trata de una adaptación moderna y un poco más liviana. Con la participación del popular luchador de la WWE, John Cena, Ferdinand continúa esparciendo su mensaje de identidad y paz. Que, además de imponerse como crítica antitauromaquia, trasciende en la realidad actual, dejando una enseñanza importante tanto a niños como a grandes; claro, si eres lo suficientemente humilde como para aprender de lo que es "solo una película para niños". 

¿La razón detrás de mi recomendación? La vi con mi familia (los más chiquitos en mi casa siempre mandan) y fue poco entretenida, mirándola desde mi punto de vista como adulto, pero refrescante e inspiradora, si la contemplo en este marco histórico. Pero tú, ¿qué piensas al respecto?

Esperamos tus comentarios. 

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