Eren confiesa sus sentimientos hacia Mikasa y es un spoiler demasiado doloroso (hasta para un titán)

Attack on Titan, manga creado por Hajime Isayama cuya adaptación gozó de un éxito sin precedentes en la pasada década, se encuentra en su recta final, la cual, aparentemente, concluirá este año.

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Por supuesto, el anime no adaptará la completud de la historia hasta que esta llegue al último issue y sabemos que gran parte de los fanáticos aguardarán hasta que esto suceda para enterarse de lo acontecido, sin embargo, el arco actual ha presentado ciertos eventos que merecen la discusión entre los lectores, por lo que nos vemos en la obligación de articular algo al respecto, no sin antes advertir de que se revelará información relevante y puedes salir si no quieres saber más de la cuenta.

Desde ya hace algún tiempo, Shingeki no Kyojin se ha alejado del concepto primordial que tanto popularizó la serie: humanidad vs. titanes; para convertirse en un conflicto puramente político, entre etnias, regiones y creencias. El fuerte contenido religioso y la psicología humana persisten, pero la premisa trascendental que motiva al protagonista, Eren, es una abstracción básica e instintiva: la libertad.

Eren persigue el ideal de libertad. En consecuencia a lo sufrido de niño, y en sumatoria con su naturaleza —noción que retomaremos más adelante—, no aborrece la esclavitud con el fin de abolirla, no es un salvador; sino que odia profundamente a todos aquellos que son sometidos y no reclamen ese único elemento que es suyo por derecho: la elección de ser libres.

Sentado esto, vemos cómo Eren deserta y conforma su propio ejército, en colaboración con su hermano de sangre, quien también traicionó a su patria, pero, además, cómo abandona su esencia para convertirse en un personaje totalmente distinto, lo que fue expresado en las viñetas que retrataron el reencuentro con sus amigos de la infancia.

Amenazante y poderoso —sobre todo después de devorar y asimilar varios titanes—, Eren propone una reunión. Una herida en su mano sería suficiente como para contener cualquier represalia, ya que lo que tendría para decir, probablemente, heriría sensibilidades.

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Eren se sincera con sus amigos y manifiesta sus intenciones, no obstante, también menciona lo que ha aprendido de su hermano y el conocimiento que ha adquirido sobre los titanes. Por ejemplo: Armin, quien, aunque temeroso, siempre había sido frío y efectivo a la hora de luchar por la humanidad, se había visto corrompido por los sentimientos de Bertholdt, a quien devoró para tomar posesión de sus poderes de titan. El amor del espía de Marley hacia Annie también había sido asimilado por Armin, lo que dejaba en evidencia que su personalidad había desaparecido por la influencia de los recuerdos del anterior Titan Colosal.

De todas formas, lo más impactante aún estaba por venir.

Eren también confiesa haber aprendido mucho sobre el clan Ackerman y el secreto detrás de la descomunal fuerza de Mikasa. Asegurando que los recuerdos forman quiénes somos, Jaeger dice que los Ackerman fueron creados para el servicio del rey con la particularidad de controlar la capacidad humana al extremo, siendo capaces de rivalizar con la fuerza de un titan. Su sangre albergaba el secreto y la memoria en batalla de cientos de Ackerman, pero, además, se distinguía por un instinto obediente que se sometería ante el portador del poder del rey, quien sería su motivo para vivir.

En las palabras de textuales de Eren:

—Los instintos de la sangre Ackerman reaccionan cuando reconocen a un huésped del poder del rey. En otras palabras, tu te apegabas a mí porque tus instintos Ackerman te obligaban. Obedeciste mi orden de «pelear» cuando nos enfrentamos a la muerte porque, aparentemente, cuando esas condiciones son dadas la sangre del clan se activa. No solo tus habilidades físicas, sino la experiencia de todos los Ackerman que fluye dentro de ti.

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—No, Eren, yo hice todo eso por ti. Tú fuiste la razón.

—(...) La verdadera Mikasa murió aquel día, reemplazada por una marioneta de los instintos Ackerman. Un clan que entregó su individualidad para seguir órdenes. Esclavos de la palabra.

Eren prosiguió su discurso, reconociendo sus reales sentimientos hacia Mikasa en lo que fue, sin lugar a dudas, la escena más dolorosa de toda la serie...

—Acaso, Mikasa, ¿sabes lo que más odio en esta Tierra? A las personas que no son libres, aquellos que son como ganado para otras personas. Solo mirarlos me enfurece. Ahora, por fin, entiendo por qué... no tolero observar a un esclavo que solo sigue órdenes. Desde pequeño, Mikasa, siempre te he odiado.

En ese momento, Armin se levanta para golpear a Eren, siendo retenido, instintivamente, por Mikasa, dejando al descubierto que todo lo que Eren dijo fue cierto.

El conflicto entre los instintos Ackerman y la voluntad (e incluso amor) de Mikasa hacia Eren transformó a una relación de amistad, casi romántica, en una relación unilateral, tóxica y desgraciada. Mikasa jamás había sentido afecto por Eren, simplemente era esclava de su naturaleza; así como Eren estaba preso de su propia naturaleza, o la de todos aquellos que fueron absorbidos por él al apropiarse de los diferentes titanes.

Desde este punto se desprenden interrogantes relacionadas, obviamente, con el fundamento narrativo para toda la historia, la libertad:

¿Realmente somos libres para decidir o es la influencia de otros, o incluso nuestra propia naturaleza, la que nos obliga a vivir la vida que suponemos haber escogido? ¿Aferrarnos al pasado es realmente amor o tan solo es una cárcel que nos impide ser verdaderamente libres? Mikasa no entendía cómo la razón de su existir y la persona que tanto había amado, en realidad, era un producto de su imaginación y su instinto de supervivencia. Aquello que le daba identidad no era más que un espejismo de su propia naturaleza. Por su parte, Eren tampoco sabía distinguir si quien habla con total desprecio es él o la influencia de todo lo que ha absorbido (literal o metafóricamente) a lo largo de tantos años de tragedia.

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Pero tú, ¿qué piensas al respecto?

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