El pasado militar de Stan Lee y una curiosidad digna de su leyenda en su último tuit

La vida y obra de Stan Lee estarán para siempre ligadas a Marvel Comics, y ese legado del co-creador de Spider-Man, Fantastic Four, Hulk y Iron Man es el que ha marcado inevitablemente todos los tributos y homenajes que se sucedieron tras su muerte.

PUBLICIDAD

Sin embargo, el último tuit de su cuenta oficial, publicado un día antes de su fallecimiento y con motivo del Día de los veteranos en los Estados Unidos, rememora su otra famosa pero mucho más breve y temprana ocupación.

Una que en cierto modo ya es parte de su leyenda, como si fuera la célebre historia de los orígenes de uno de sus superhéroes.

Vocación de escritor

Stan Lee descubrió su pasión por la escritura muy joven, y ya de adolescente, según reveló, su sueño era escribir la «Gran Novela Estadounidense».

Claro que este es un sueño muy difícil de perseguir y mucho más de cumplir, aunque Stan Lee lo haría, a su manera.

Pero antes tuvo que trabajar escribiendo obituarios para una agencia de noticias y comunicados de prensa para el Centro Nacional de Tuberculosis, vendió sandwiches en una tienda, trabajó como administrativo en una fábrica de pantalones, fue acomodador en un teatro de Broadway y vendió suscripciones para un periódico.

Gracias a su tío que tenía conexiones, en 1939, a los 17 años, fue contratado por la compañía Timely Comics, que luego se convertiría en Marvel.

En sus primeros años en la compañía todavía parecía muy lejano el sueño de dejar una huella imborrable en el arte y la cultura estadounidense.

«En aquellos tiempos los artistas mojaban su pluma en la tinta, y mi trabajo era asegurar que los tinteros estuvieran llenos» recordó, quien por entonces todavía llevaba su nombre de nacimiento, Stanley Lieber.

Finalmente toda su ambición y su gusto por la escritura se hicieron conocidos en la compañía y el joven de 19 años debutó como guionista aportando textos en Capitán América #3.

PUBLICIDAD

Allí adoptó su seudónimo Stan Lee, para que nadie asociara su nombre real al de un tonto cómic para niños, pensando todavía que en algún momento escribiría la gran obra literaria de su país.

Poco después Jack Kirby y el editor Joe Simon, la principal dupla creativa de Timely Comics, se pelearon con el dueño de la compañía, Martin Goodman, y éste decidió nombrar a Stan Lee editor interino, donde mostraría su habilidad también para los negocios y el marketing, sentenciando la historia hoy ya conocida que vendría después.

Sin embargo, Stan Lee tuvo que postergar el convertirse en la figura creativa al mando de Marvel y liderar la revolución de los cómics de superhéroes en los 60, debido al servicio militar.

El soldado Stan Lee

Como muchos americanos jóvenes en 1942, después del ataque de Pearl Harbor que marcaría el ingreso de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, Stan Lee, ahora de 20 años, se alistó en el ejército.

Fue asignado a la división Signal Corps, el Cuerpo de Transmisiones del ejército, que se ocupa de las comunicaciones y los sistemas de información, donde realizó tareas tales como reparación de postes del telégrafo y otros equipamientos de comunicación.

Quizá también en filas del ejército se hizo conocida su experiencia con la escritura y la creatividad, porque enseguida fue trasladado a la Training Film Division («División de películas instructivas»), por la que también pasaron otros artistas célebres como Frank Capra (renombrado director de la era clásica de Hollywood), Charles Addams (creador de la Familia Addams) y Theodor Geisel (más conocido como Dr. Seuss y célebre creador de historias infantiles).

PUBLICIDAD

En esa división Stan Lee comenzó a escribir, desde manuales e instrucciones, pasando por slogans, hasta guiones de películas didácticas y de entrenamiento militar. Allí también dibujó, diseñando pósters para el ejército, una actividad no tan conocida de Lee y que nunca realizó en el mundo de los cómics.

«Cuando volví a la vida civil» dijo después, «vi lo talentosos que eran los artistas que estaban dibujando cómics, y no quise competir con ellos. Así que me quedé con la escritura nada más».

Una de las partes más curiosas de su paso por el ejército fue la descripción oficial de su puesto: «Dramaturgo» ( «Playwright»). Stan Lee aseguró que solamente 9 personas en el ejército estadounidense se han desempeñado en este puesto.

Según la Clasificación Oficial de Ocupaciones Militares del ejército, publicada en 1944, el puesto de «dramaturgo» se describía así:

«Escribe argumentos y guiones de producciones teatrales, de radio o películas para entretenimiento o para instrucción del personal militar, o con propósito publicitario. Crea historias y secuencias con narrativa instructiva, o adapta ficciones, no-ficciones y materiales históricos en forma de drama. Debe considerar las características del medio para el cual escribe y realiza su presentación y guion acorde a esto. Debe indicar procedimientos de cámara, métodos de presentación, efectos de sonido y de fondo. Se requiere experiencia civil en escribir o adaptar guiones o argumentos para radio, teatro o cine».

Definitivamente Stan Lee encajaba en la descripción del puesto.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Stan Lee volvió a la compañía que ahora se llamaba Atlas Comics, pero la década del 50 fue dura para el séptimo arte.

Los cómics fueron acusados, con sus historias de superhéroes y supervillanos, ahora ya desfasadas de las rivalidades y tensiones políticas de la guerra, de alentar comportamientos violentos y criminales en los jóvenes, y la presión política llevó a la autocensura perpetrada con el Comics Code Authority y su consiguiente sequía creativa.

Stan Lee estaba pensando en abandonar su trabajo en los cómics, quizá dispuesto a escribir de una vez por todas su gran novela, cuando DC lanzó el cómic del equipo de superhéroes Justice League of America y fue un gran éxito.

PUBLICIDAD

Su esposa le dijo a Stan Lee que si estaba pensando en cambiar de ámbito profesional no tenía nada que perder, y que creara un cómic y una historia como las que él hubiera preferido leer. La idea, hoy icónica y revolucionaria, fue explorar lo «humano» de los superhumanos. Así surgió Fantastic Four, y el resto es historia conocida.

En Marvel no fueron los únicos en despedir a uno de su propia casa.

También el ejército estadounidense lo despidió, agradeciendo su servicio durante la Segunda Guerra Mundial; un servicio no tan significativo y duradero como el que hizo en el mundo de los cómics, pero arraigado al legado y la figura de un hombre al que apodaron (o él mismo apodó) «El Hombre».

Sigue leyendo: