Si quieres hacerte un tattoo de flor, pero te cuesta dar con un motivo que se aleje de los más clásicos, tengo para presentarte una idea que te encantará: tatuajes de orquídeas. Sin duda se trata de un diseño de flor para tatuaje muy original y poco visto. ¿Quieres descubrir qué hace de este tattoo un diseño único?
Tatuajes de orquídeas





El encanto de las orquídeas
Como pocas flores, las orquídeas poseen un degradé natural de colores inusual. Existen especies que son bellísimas. La magia de los tatuajes de orquídeas reside en el hecho de que los colores que se combinan en ellas son increíbles. En de una misma flor, los colores van de un rojo oscuro a un amarillo estridente. ¡Un verdadero espectáculo natural!
Por otro lado, existen tantas variedades de orquídeas que tu tatuaje siempre resultará único. No sólo varían ampliamente sus colores, sino que también se diferencian dentro de la misma especie por la gran cantidad de formatos que presentan. Observa algunas de las imágenes que he seleccionado.

¿Qué representa un tatuaje de orquídea?
La palabra orquídea proviene del Griego orchis, que significa "testículo". Esto nos da una mínima idea de por qué estas flores son símbolo de sexualidad y procreación. Los conceptos con los que se asocia normalmente los tatuajes de orquídeas son: amor, lujuria, belleza y fuerza.



A lo largo de la historia y para muchas culturas, las orquídeas han representado la perfección. Hasta ahí llega la reputación de estas hermosas flores. A diferencia de otras flores que poseen propiedades medicinales y curativas, las orquídeas sólo son simbólicas de los conceptos que hemos dicho anteriormente.
¿Dónde colocarlo?
Como a cualquier tatuaje de flor, los tattoos de orquídeas son fáciles de adaptar a cualquier zona, ya que resulta simple regular su tamaño. Personalmente, opino que, como otros tipo de diseños florales, luce adorable en la zona superior de la espalda o sobre el hombro.



Si te gustaron estos tatuajes de orquídeas, te sugiero que también veas más tatuajes de flores orientales.





