Las perforaciones en la úvula (esa pequeña protuberancia ubicada al fondo de la boca, que luce como una pequeña pera de boxeo) son muy poco frecuentes, pues la úvula es de difícil acceso y, sobre todo, por el reflejo nauseoso. El autocontrol y fuerza mental pueden ser necesarios para realizar este piercing.
Piercing en la úvula

El primer piercing de la úvula fue realizado en 1994 por Jon Cobb, quien expresaba sus razones para hacerlo:
" Me hice la úvula porque refleja la mente. Cuando te pones unos foreps en la úvula, se siente como si hubieses aferrado el centro de masa dentro de tu cabeza. Sicológicamente se siente como si estuvieras perforando el centro de tu cabeza. Es tan real, tal vivo"
Sin embargo, conlleva sus riesgos. Es importante que sea realizado en el punto adecuado (tan alto como sea posible) pues las posibilidades de migración son bastante altas, y sólo puede ser realizado por expertos. El poder mental es imprescindible, pues si sobrevienen náuseas/arcadas, existe el peligro de tragarse la joya o la aguja.
En la mayoría de los casos se realiza con agujas y pinzas estándar, las que se usan para realizar cualquier otro tipo de perforación. Sana muy rápidamente, como la mayoría de los piercings orales, y sus cuidados incluyen gárgaras con algún antiséptico.
Personalmente, esta clase de piercings no se me hacen atractivos, sin embargo su trasfondo de triunfo de mente sobre cuerpo no deja de fascinarme. Efectivamente, una gran cantidad de fuerza de voluntad es imprescindible para someterse a esta perforación.
Para observar el procedimiento completo en fotografías, revisa aqui.






