Seguramente más de alguna vez leíste o escuchaste hablar sobre la posibilidad de que la radiación que emiten los dispositivos que utilizan Internet inalámbrica cause cáncer lo que preocupa a mucha gente.
La ciencia lo dice: las ondas del WiFi no provocan cáncer y esta es la razón


Si dudabas acerca de los efectos del WiFi sobre tu salud puedes relajarte, ya que la International Agency for Research on Cancer (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer) determinó que no existe ninguna evidencia sobre la posibilidad de que las ondas de radiación que emiten los routers puedan causar cáncer.
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Por qué el WiFi no podría provocar cáncer

Existe mucha discusión acerca del efecto de la radiación emitida por diferentes gadgets y artefactos caseros y su relación con el desarrollo de diferentes tipos de cáncer. Se realizaron muchos estudios sobre el tema en los últimos años, pero nadie pudo decir con certeza de que exista una coincidencia.
En el caso de la Internet Inalámbrica las conclusiones de las investigaciones fueron todavía más claras y se deben a los rangos de frecuencias por las que se mueven las ondas del WiFi y que van entre los 2.4 and 5 GHz.
El tipo de ondas del WiFi son similares a las utilizadas por televisores o transmisiones FM y, este tipo de radiación no tiene efectos por sobre el ADN de las células humanas a diferencia de otras como las utilizadas en los Rayos X o equipos de resonancia magnética.
Clasificación de WiFi como posible cancerígeno

La International Agency for Research on Cancer (IARC) es la encargada de clasificar los posibles cancerígenos en grupos.
El Grupo 1 reúne a elementos de los que se tienen evidencia de que causan cáncer como por ejemplo el cigarrillo, asbestos y alcohol entre otros.
El grupo 2 se divide en A y B. El A está reservado para cancerígenos probables de los que no se tiene evidencia de que causen cáncer a los humanos, pero que en algunas pruebas demostraron efectos sobre animales.
El Grupo B2 que es donde está el WiFi corresponde a aquellos elementos de los que no existe ninguna evidencia en investigaciones científicas, ya sea en humanos o animales, que demuestre o al menos de pistas sobre su capacidad de provocar cáncer, pero que no pueden ser descartados por completo por ahora.
El estar en el grupo B2 es más que nada una precaución, ya que allí también se encuentran elementos que no se nos pasarían por la cabeza que sean nocivos como el níquel, presente en casi todos los objetos metálicos, el café, los vasos, platos y otros objetos fabricados con espuma Styrofoam y los vegetales encurtidos entre otros.
En vez de preocuparte por los riesgos del WiFi sobre tu salud, pon atención a otros objetos y alimentos que probablemente estén cerca tuyo y si tienen un efecto cancerígeno probado y aprovecha los beneficios de la Internet inalámbrica.
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