Todo empezó mucho antes de que llegara enero de 2015 y su publicación. Puede decirse que el éxito de esta novela se vio llegar ya en setiembre de 2014, o al menos eso dicen en el popular sitio de reseñas Goodreads. Cuando una reseña entusiasta puso el libro en lo más alto para muchos seguidores del sitio, los want to read (“quiero leerlo”) aumentaron de forma sorprendente. Luego todo quedó en manos de la tecnología digital, de la ya famosa viralización que ha aumentado con la telefonía celular. La chica del tren estuvo en boca de todos mucho antes de ser publicada. Y antes, también en 2014, fueron adquiridos los derechos para cine.
La chica del tren: la novela que fue best seller antes de serlo (sí, eso mismo)

El futuro prometía

Primero periodista especializada en economía de Times, luego novelista romántica por encargo. Quién iba a decir que un día Paula Hawkins sería la autora de uno de los best sellers más best sellers de todos. Dicen los diarios y otras reseñas que a los 6 meses ya había superado en ventas a grandes obras populares como Harry Potter y El código Da Vinci, en el mismo lapso. Y es que en ese período La chica del tren había llegado a 5 millones de ejemplares vendidos.
Entre Hitchcock, Gillian Flynn y Agatha Christie
El libro llegó y colmó las espectativas. Los lectores se enamoraron. Las buenas reseñas continuaron. Estaban quienes se remitían a La ventana Indiscreta (1955) de Hitchcock para compararla y quienes veían a Perdida (2012), la famosa novela de Gillian Flynn, como posible influencia. Para ella, su inspiración estuvo en sus dos escritoras favoritas: Agatha Christie y Ruth Rendell.
Hasta el venerado de la literatura oscura, Stephen King, la leyó y la recomendó en un tuit. También la popularizaron lectoras mediáticas como Reese Witherspoon y Gwyneth Paltrow. Y de nuevo, los lectores más influyentes de Goodreads hicieron lo suyo, y como dice el sitio, el interés del público por la novela de intriga se mantuvo en el tiempo.
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La gran pantalla
20 semanas en la lista de los libros más vendidos del New York Times , de las cuales 13 se mantuvo en el tope, deben haber servido a Paula Hawkins para estar segura de que era un éxito.
Pero ya en 2014, cuando una copia de La chica del tren, de una autora hasta ese entonces desconocida, llegó a las manos de Jared LeBoff, Rachel Watson comenzó a ser parte de los planes de una película.
Fue Erin Cressida Wilson la encargada de adaptar el guion de la obra y Tate Taylor el director.
Un año más tarde, La chica del tren había sido publicada y su tapa se veía en todos lados. No solo en las librerías. Como dijo Wilson al NYTs: “Comencé una especie de catálogo de chicas leyendo el libro, en el subte, en cafés; vi a un hombre leyéndolo en una cena. Era una especie de confirmación de algo que Paula había captado”. No era cualquier libro el que estaban adaptando.
“Tiene que ser muy oscuro y sexy, y tiene que ser verdadero”, respondió Hawkins cuando Taylor le preguntó qué pretendía.
Rachel Watson

Protagonista de la historia. La alcohólica treintañera Rachel Watson sorprendió a la propia autora por su suceso. Porque aunque su agente le dijera que sería un éxito, Paula Hawkins no estaba convencida: “es como tu mamá diciéndote que eres linda”, confesó en una entrevista con The Guardian.
Para la autora, el hecho de que su protagonista sufra la ruptura de un matrimonio y haya perdido su norte, ha llevado a que muchos la comparen con Perdida, pero, como también dijo en la entrevista, para ella no son parecidas: “Ella (Rachel) se deja perder el control, pero muchos de nosotros nos acercamos demasiado a esa línea aunque no la crucemos. Y podemos imaginar que si nos sucediera algo dramático, como el fin de un matrimonio o la pérdida de un trabajo, la cruzaríamos”.
Entonces Rachel es eso. Es como cualquiera de nosotros, pero dejándose vencer por una situación límite.
El 2016 es el año de confirmación de si la película llenará tanto como la novela. ¡Ustedes lo dirán!
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