Gabo y la mujer en su obra

Sin duda alguna, la muerte del Nobel de literatura colombiano, Gabriel García Márquez, tuvo gran impacto en todos los rincones del mundo, especialmente en Colombia y en México se rindieron tributos al escritor y periodista colombiano que deja un punto muy alto en la literatura con la obra que le hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura, ‘ Cien años de Soledad’.

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El trabajo de ‘ Gabo’ perdurará por siempre en la memoria de miles de personas que aceptaron la invitación a participar de su realismo mágico.

iMujer quiere compartir contigo algunos apartes de la reflexión que Gabo hizo sobre la belleza de las mujeres: “El dulce sabor de una mujer exquisita”.

El dulce sabor de una mujer exquisita

Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.

Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.

Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes. Los que estamos fuera de foco somos los hombres) sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un hombre… Un hombre exquisito es aquel que valora a una mujer así… Que se siente orgulloso de tenerla como compañera… Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento… Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes.

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La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘muy machas’ nos llevan gran recorrido. ¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque!

¡Tonto y mil veces tonto el hombre que come basura en la calle, teniendo un exquisito manjar en casa!

Y tú, ¿eres una mujer exquisita