Netflix justifica todas esas películas de Adam Sandler porque tú no dejas de verlas
Adam Sandler, responsable de disfrutables películas como The Wedding Singer, Happy Gilmore, Billy Madison y 50 First Dates, pero también perpetrador de otras como Jack and Jill, Grown Ups y Pixels que le han dado una reputación un tanto endeble, especialmente en cierta parte del público demasiado inteligente como para reírse de tonterías, selló hace un tiempo un acuerdo con Netflix para hacer seis películas, nada menos.
No todo el mundo entendió por qué la compañía célebre por revolucionar al formato televisivo con grandes series decidió incursionar en la producción de largometrajes apelando a una figura como Adam Sandler, que a lo sumo podrá hacer películas divertidas pero no tiene el estatus y el prestigio de un David Fincher (a quien Netflix convocó para dirigir su primera serie propia, House of Cards).
Pero hay que reconocer que si hay algo que ha logrado Adam Sandler a lo largo de su carrera es una enorme popularidad (aunque se puede suponer que sus defensores son menos vocales y visibles que sus detractores; el que disfruta de sus películas lo hace más bien casualmente y sin demasiado compromiso, el que las odia las odia con pasión).
Dos de las 6 películas que Adam Sandler tiene planeadas para Netflix ya fueron estrenadas: The Ridiculous 6, una comedia western famosamente vapuleada por la crítica (que ostenta un contundente 0% en Rotten Tomatoes), y The Do-Over, una comedia de acción que fue igual de (mal) recibida ( 5% en RT). Si en lugar de la opinión de críticos profesionales evaluamos la recepción del público, no es tan terrible pero tampoco positiva. En IMDb tienen 4.9/10 y 5.7/10, respectivamente.
The Ridiculous 6
Quedan 4 películas más que, si siguen esta tendencia, parecen ser un inútil gasto de dinero y esfuerzo para comedias que aparentemente nadie está disfrutando. La palabra clave en esta oración es « aparentemente».
En una entrevista con el gerente de Netflix, Ted Sarandos, THR le preguntó por esta decisión de comenzar a producir películas y contratar a Adam Sandler para seis de ellas, y este justificó esta decisión con el argumento más inevitable y persuasivo:
A diferencia de los canales más habituales de distribución de series y películas, Netflix cuenta con la ventaja de que sus datos de audiencia son privados; sus series no tienen mediciones de rating y sus películas no compiten en la taquilla.
La compañía decide qué datos difundir y cuándo hacerlo. En otras palabras, sólo nos enteramos de algún dato sobre audiencias de Netflix cuando éste es positivo (la compañía nunca saldrá a decir que tal serie o película no la vio nadie), como es este caso de las películas de Adam Sandler, vistas por casi todos sus suscriptores en todas partes del mundo.
La pregunta entonces es: ¿por qué todo el mundo mira las películas de Adam Sandler en Netflix? La respuesta tal vez sea una combinación de 'porque son divertidas' y ‘porque están ahí’.