Los creadores Steven Moffat y Mark Gatiss lograron darle a las clásicas historias de Arthur Conan Doyle un enfoque atractivo, novedoso y moderno, al mismo tiempo que se mantuvieron fieles al espíritu y la originalidad del material de partida, convirtiendo a Sherlock en una de las series más populares y aclamadas de la actualidad.
Los momentos más divertidos de Sherlock

No sólo se las arreglaron para poner en pantalla de manera intrincada y sutil algunos de los más elaborados misterios y crímenes, sino que sumaron un par de protagonistas que calzaron a la perfección con los emblemáticos roles de Sherlock Holmes y John Watson.
La gran química entre Benedict Cumberbatch (un actor que muchos consideraron no apto para este papel antes de ver la serie) y Martin Freeman no sólo ha dado una de las amistades más duraderas y profundas de la televisión, sino también los momentos más divertidos de Sherlock, de los cuales ahora recordaremos algunos, mientras esperamos por el estreno de la próxima temporada.
#5 Sherlock se queda sin habla
Uno de los momentos más significativos de la amistad entre Sherlock y John fue cuando éste último pensó en él -evidentemente, en quién más si no- como su padrino de bodas.
John desliza ambiguamente la propuesta y Sherlock, que podrá ser un genio para resolver casos pero no para cuestiones relativas a las convenciones sociales o el trato cordial de sus amistades, desvía la conversación, trata de proponer otras personas, hasta que finalmente John le dice sin rodeos que es su mejor amigo y quiere que él esté en ese lugar.
Tanta sinceridad desbordó a Sherlock que quedó por minutos parado allí sin pronunciar palabra.
#4 Sherlock y John borrachos
En el mismo episodio, y como parte de la despedida de soltero de John, Sherlock propone una recorrida por los bares de Londres para tomar unas copas y divertirse, pero planeando cuidadosamente la cantidad de bebida ingerida y hasta la cantidad eliminada a través de la orina para no exceder los límites de la borrachera.
Sin embargo, John suma unos cuantos tragos sin que Sherlock lo note, desestabilizando todo el plan. Lo que sigue, es pura comedia de borrachos, con los dos jugando a adivinar los nombres que tienen escritos en la frente y luego tratando de investigar un sorpresivo caso.
#3 “¡No soy su cita!”
La fuerte amistad entre Sherlock y John se etiquetaría ahora en esa categoría denominada “ bromance”, pero durante muchos años no pasó desapercibido para conocedores y fanáticos de los relatos de Conan Doyle el evidente subtexto homosexual que existía en esta relación.
La serie se ha encargado de explotar este aspecto y hacerlo un chiste recurrente. Los creadores no demoraron nada en hacer una referencia al respecto y ya en el primer episodio, en una cena que comparten Sherlock y John, el camarero insiste con llamar a John “la cita de Sherlock”, e incluso propone traerles velas, ya que es “más romántico”.
Después de esto, los dos mantienen una incómoda conversación cuando se aborda el tema de tener novia -o novio-.
#2 “Golpéame en la cara”
En el primer episodio de la segunda temporada, conocemos a Irene Adler (Lara Pulver), una dominatrix que posee en su teléfono movil comprometedoras imágenes de una mujer perteneciente a la familia real. Mycroft (Mark Gatiss) encomienda a Sherlock y John que recuperen las fotos en poder de Adler, así que los dos se dirigen hacia la casa de la dominatrix.
El plan de Sherlock es hacerse pasar por alguien que ha sido asaltado, por lo que le pide a John que le dé un golpe en la cara. La incredulidad de John ante el pedido de Sherlock obliga a éste a repetirle: “Que me des un golpe en la cara, ¿no me has oído?”, dando lugar a una de las mejores líneas de John: “Siempre oigo ‘golpéame en la cara’ cuando hablas, pero suele ser entre líneas”.
Finalmente, John cumple gustosamente con el pedido de su amigo y se deja llevar por la situación, excediéndose tal vez un poco.
#1 Sherlock y el arpón
En las historias originales, Sherlock Holmes era un frecuente consumidor de cocaína (para estimular el cerebro cuando los casos eran aburridos) y, parte de la modernización del personaje en la serie, es haber eliminado este hábito -que no sería bien visto en la televisión- y sustituirlo por el del cigarrillo. En el episodio The Hounds of Baskerville (2x02), vemos cómo Sherlock con la ayuda de John intenta abandonar el cigarrillo, lo que lo pone en un estado muy ansioso e intenso.
El comienzo del episodio contiene una de las escenas más absurdas y divertidas de la serie, nunca enteramente explicada, aunque sabemos que se debe a su falta de nicotina. En ella, Sherlock aparece todo ensangrentado y con un arpón en la mano. John le pregunta si vino así en el metro y éste responde que sí, ya que ningún taxi quiso recogerlo.







