Ustedes tal vez no lo puedan creer, pero este capítulo de The Walking Dead me gustó más que todos los anteriores, ¿por qué? –dirán ustedes–, en primer lugar, nunca pretendió ser más de lo que es; en segundo lugar, un capítulo hablado, con reflexiones y opiniones contrapuestas, algo raro en una serie de zombies y encima muy bien hecho. Yo creo que lo que todos estuvimos esperando durante esta segunda parte de la tercera temporada va a empezar ahora.
La reunión en The Walking Dead [Crítica 3x13]

Hablé sobre lo bien que está hecho el capítulo y esto se debe al director David Boyd, que normalmente se desempeña en el rol de director de fotografía, pero esta vez se vuelve a animar a tomar las riendas detrás de cámara, ya que su primera participación fue en ese gran capítulo 6 de la segunda temporada llamado Secret. Boyd encuentra el tiempo a esta narración poco habitual en la serie, llenando espacios con silencio muy bien logrados, algo difícil de hacer. El guión está a cargo de Ryan C. Coleman ex-asistente de Glen Mazzara, ahora convertido en guionista y lo hace muy bien, seguramente bajo indicaciones del propio Mazzara.

Cosas en común
Un episodio de lo más tranquilo, empieza con Rick ( Andrew Lincoln), Daryl ( Norman Reedus) y Hershel ( Scott Wilson) yendo a una reunión con el Gobernador ( David Morrissey) en un punto medio y neutral entre la cárcel y el pueblo, todo arreglado previamente por Andrea ( Laurie Holden).
Esta reunión supone un alto al fuego y charla sobre una posible tregua entre los dos grupos, algo que solamente la ilusa de Andrea podría creer en su mundo de fantasía. Por suerte este será el capítulo donde la van a poner en su lugar, algo que ya le hacía falta al personaje. Pero el Gobernador no estará solo, también llevará a sus secuaces Milton ( Dallas Roberts) y Martinez ( Jose Pablo Cantillo), los cuales harán contrapunto con Daryl y Hershel. De estos contrapuntos deducirá que, a pesar de las diferencias tienen bastante cosas en común. Por otro lado, en la cárcel Glenn ( Steven Yeun) se hará cargo, en ausencia de Rick, tratando de dominar a un impredecible Merle ( Michael Rooker).

Las consecuencias de la charla y del arrebato de Merle las vamos a ver en los próximos 3 episodios, los cuales prometen mucho. Ese es el problema que tuvo la serie en esta segunda parte, pretendió ser algo que no era y por eso el desacierto de los capítulos anteriores.
Espero que este sea al comienzo del camino que nos lleve a un gran final de temporada, ya que no podría esperar menos de The Walking Dead, la gran serie que nos mal acostumbró a la buena calidad en el género.









