Seamos sinceros: jamás hemos podido superar a Sabrina, la bruja adolescente. Marcó una etapa de nuestras vidas, y desde el estreno de Chilling adventures of Sabrina en Netflix no logramos contener el hype. Claro, el desánimo llegó al descubrir que Salem, el mejor personaje de la serie original, no habla en la serie de Netflix.
La razón por la que Salem no habla en la nueva 'Sabrina' de Netflix tiene mucha lógica

Con tan solo ver los primeros segundos del comienzo de la serie, ya es más que suficiente para saber que ambas producciones no se parecen, y la ausencia del gato negro original, con sus bromas y tono de voz grueso, lo confirman. Pero a pesar de que duela, hay una muy buena razón que justifica la decisión de Netflix, y te la contamos.
¿Por qué Salem no habla?

Como bien sabemos, Chilling adventures of Sabrina se inspira en el cómic de Roberto Aguirre-Sacasa con el mismo nombre, y no es un reboot de la serie de los 90 protagonizada por Melissa Joan Hart. Pero, en dicho cómic, Salem hablaba al igual que en la serie original, y por eso las dudas y quejas por no seguir en esa línea han sido tantas.

Tener un gato parlante en la serie la convertiría en una comedia divertida más que en una historia oscura sobre brujas, por lo que Aguirre-Sacasa prefirió dejar de lado ese aspecto del gato y permitir que se comunique de la misma forma que cualquier otro felino, mediante maullidos y ronroneos.
«Cuando hicimos la serie, el personaje no habla en parte para proyectar el tono de terror. Eso no quiere decir que Salem no hable en el futuro», aseguró el creador a IndieWire.

Por si esto fuera poco, otro motivo curioso colabora con la idea de que el guardián de Sabrina no hable, y es que la actriz, Kiernan Shipka, es alérgica a los gatos. Las pocas escenas en las que tuvo a Salem en brazos o muy cerca, la actriz tuvo que tomar medicamentos para estar bien, y por eso siempre que aparecen juntos en pantalla, hay una distancia prudencial para que todo salga bien.
Tal vez si Salem hablara, implicaría más interacción en el set de rodaje, y por lo tanto más alergias para Shipka. De todas formas, la segunda temporada seguramente tenga más protagonismo para el gato e, incluso, empiece a ser el parlanchín que conocimos en los 90.

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