Luego de estos primeros episodios de la temporada 4 de Arrested Development, sigue resultando algo extraño y, de cierto modo, insatisfactorio, el hecho de ver cada episodio individualmente y sin la ventaja de conocer hacia dónde se dirige y cuál es el centro argumental de la totalidad de la temporada.
La película de Arrested Development [Crítica 4x04]

Diseñada bajo inusuales exigencias de producción (con los problemas de agenda de los protagonistas y la coordinación entre ellos para rodar) y bajo la disposición de Netflix de lanzar simultáneamente todos los episodios, el creador Mitch Hurwitz incursionó en una novedosa forma de contar la historia que, con las habituales características de la serie (la autorreferencialidad, los chistes internos, los múltiples subtramas, etcétera) hace parecer a cada episodio algo incompleto o difícil de decodificar.
El rompecabezas
Habiendo visto sólo cuatro episodios (de un total de 15 que tendrá la temporada) ya se comienza a notar que los primeros van cobrando mayor sentido con situaciones que se ven en otros después: algunos de los gags incluidos en el primer episodio de la temporada recién se comienzan a apreciar y a tomar su verdadera dimensión humorística gracias a otras referencias a ellos en episodios posteriores (por ejemplo, el chiste de la propina a las personas negras, la presencia o mención a una avestruz o el gesto de “rezo” de Michael en la foto de la revista de vuelo).
Esto siempre sucedió en Arrested Development, pero en esta temporada esas conexiones se potencian porque están ocurriendo, a grandes rasgos, simultáneamente, y algunas de estas condiciones ayudan a entender y explicar lo que está pasando a nivel global o incluso por qué algo que ocurre es gracioso.

Entonces lo extraño e insatisfactorio se debe al tiempo que transcurre entre que se produce el chiste y éste causa el efecto, entre que se produce un hecho de importancia y la comprensión del mismo o entre que se introduce una referencia y la captamos.
Todo esto no hace más que enriquecer a la serie y a la temporada. Uno puede optar por ver todos los episodios de una vez (o lo más seguidos posible) y adquirir el sentido completo de la temporada en menor tiempo, como si consistiera en armar un rompecabezas rápidamente para ver qué imagen compone, y luego sí detenerse en cada pieza, para ver qué papel juega dentro de la totalidad.
Pero también existe la posibilidad de armar el rompecabezas lentamente, deteniéndose en cada pieza, aunque esto implique no comprender del todo cómo se ubica en la imagen completa.
Narrador narrado
Este episodio 4 vuelve a centrarse en Michael Bluth ( Jason Bateman) y, llevando casi al extremo la autorreferencialidad y los elementos meta-humorísticos, incluye a Ron Howard (el narrador de la serie) interpretándose a sí mismo, lo que permite introducir numerosos chistes acerca de la industria de Hollywood y del propio Ron Howard, y otras situaciones muy divertidas como la voz en off narrando sus propias acciones y refiriéndose a sí mismo en tercera persona.
Ron Howard quiere hacer una película sobre la familia de Michael Bluth, lo que también permite sutiles referencias a la postergada película de Arrested Development.

Quizás fue el episodio más divertido y gracioso hasta el momento, si es que uno está interesado en los chistes internos de Hollywood, las productoras, los personajes que allí se encuentran y el proceso de creación de una serie o película, pero probablemente no tanto si se está un poco por fuera de este ámbito. En mi caso, me resultó muy entretenido.
Incluyó además varios invitados especiales más ( Conan O’Brien, Andy Richter, el ya clásico en Arrested Development Carl Weathers y la presencia nuevamente de Seth Rogen y Kristen Wiig como la joven pareja Bluth) y todos resultaron verdaderamente muy bien dentro de la trama que involucra a la familia Bluth, a la posible película sobre ellos y a los esfuerzos de Michael por obtener, primero, la firma de George Sr. ( Jeffrey Tambor), y después, el nombre de la chica que conoció y lo enamoró y que luego se enteró de que era la amante de Ron Howard. Pero en realidad estaba equivocado, era la hija, lo que lo hace aún peor.

También tuvimos la breve pero maravillosa aparición de Bob Loblaw ( Scott Baio), reviviendo el juego de palabras con su nombre y presentando una nueva e hilarante variación, y también la vuelta de Kitty Sanchez ( Judy Greer) se presentó con una variación de su gesto más conocido.
Puntaje: 7. Por este efecto humorístico lento y a largo plazo, la temporada 4 parece ser hasta ahora no tan graciosa como las anteriores, aunque sin dudas cada episodio contiene una clase de humor muy efectivo e ingenioso, y muy difícil de encontrar en otra serie.







