¡Genios del mal! Asesinos del cine que salieron airosos de su crimen

En el cine como en la vida misma, el malo a veces se sale con la suya. A nosotros, simples espectadores, se nos cae la mandíbula al ver cómo estos criminales salen airosos después de haber derramado sangre y causado tanto dolor. Lo peor de todo es que, en cierta manera, los admiramos. Después de todo, cometer el crimen perfecto no es juego de niños, requiere una astucia en la que ellos se regocijan.

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Roger «Verbal» Kint – Keyser Söze (The Usual Suspects)

Es un criminal tan despiadado que fue capaz de asesinar a su propia familia para probar su valía ante los demás delincuentes. Vive en las sombras y, aparentemente, nadie conoce su rostro, pero es la mente maestra tras un arsenal de transgresiones.

Cuando la policía interroga a Roger «Verbal» Kint, este se hace pasar por un hombre tranquilo y silencioso con parálisis. Así, arma una historia en la que señala a Keyser Söze como el gran delincuente. Dejan a Kint en libertad y, cuando ya ha abandonado la estación policial, el oficial abre los ojos: lo que ha dicho es falso. Él es Söze y ahora está en libertad.

Gavin Elster (Vertigo)

Alfred Hitchcock se atrevió a dejar que el asesino se saliera con la suya en un tiempo en el que esto era censurado. De hecho, tuvo que filmar un final alternativo para el Reino Unido en el que Gavis Elster era apresado por su crimen.

Elster fue muy ingenioso. Contrató al excompañero de clases y ahora detective  John Scottie Ferguson para que persiguiera a su esposa y determinara por qué actuaba de manera tan extraña. Todo fue un plan malvado: la mujer a la que Ferguson siguió era una muy parecida a la suya, una molestia que se tomó para lanzar a su verdadera esposa desde la torre de una iglesia y hacerlo ver como un homicidio. ¿El otro truco? Ferguson le tenía miedo a las alturas y no pudo evitar el «suicidio».

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Aaron Stampler (Primal Fear)

Pocos supieron interpretar tan bien el papel de «lobo en piel de cordero» como Aaron Stampler, quien convenció a todos de que él era la víctima, no el victimario. Tras años de sufrir abuso sexual por parte del arzobispo de la ciudad, Aaron lo asesina, pero les asegura a todos que es inocente. En las investigaciones se descubre que sufre de trastorno de personalidad múltiple y que Roy, su otro yo psicópata, fue quien mató al clérigo.

Ante tal explicación, condenan a Aaron a pasar tres meses en una institución psiquiátrica. Cuando el abogado le da la buena nueva, el hombre descubre que siempre estuvo fingiendo, y su defensor calla por temor a manchar su carrera.

Noah Cross (Chinatown)

Noah no solo sale airoso como homicida: jamás pagó por crímenes como el incesto, la violación, el secuestro y la canalización ilegal de agua. ¿Cómo lo logró? Con un plan bastante elaborado, mucha astucia y mucho dinero.

Chris Wilton (Match Point)

Cuando la amante de Chris le anuncia que está embarazada y que es momento de que deje a su esposa millonaria para hacer una vida con ella, él no duda en asesinarla. Mata también a su vecina, a quien le roba joyas y narcóticos.

Lo interrogan, pero alega ser inocente. Al final, la policía concluye que no hay motivos para apresarlo. La evidencia circunstancial señala a alguien más y el crimen queda como un asesinato por drogas. Cosas de Woody Allen.

¿Recuerdas a otros homicidas del cine que se hayan salido con la suya?