Creado por la talentosa mangaka H iromu Arakawa, y adaptado posteriormente al anime (en dos ocasiones), Fullmetal Alchemist es un clásico que trasciende el anime (como género) y debería ser visualizado por cualquier individuo al menos una vez en su vida. Sin embargo, en muchas ocasiones, el formato tiende a ser subestimado por tratarse precisamente de anime —que todavía es considerado como infantil—, alejando este excelente contenido de cierto sector del público. Por esta razón, adaptar un manga/anime al cine es una buena decisión (en términos de accesibilidad), aunque también puede ser un riesgo si no se toman las consideraciones necesarias —como respetar al original, por ejemplo—.
Fullmetal Alchemist live-action no es perfecta, pero es mejor que cualquier otra adaptación de anime

Ahora bien, ¿qué podemos opinar sobre live-action de FMA?

Antes de comenzar con mi análisis, me gustaría aclarar algo: Fullmetal Alchemist Brotherhood es mi anime favorito, sin lugar a dudas. Dicho esto, te aseguro que mi opinión será tan servera como sincera, en todo momento.
Fullmetal Alchemist live-action tiene un comienzo casi perfecto; logra condensar el origen de la leyenda de los hermanos Elric en apenas algunos minutos, haciendo uso, además, de un corto flashback que introduce la misteriosa existencia de «La verdad» y «La puerta». Si conoces el canon, quedarás satisfecho; y si es tu primer contacto con FMA, quedarás atrapado en la intriga y el desconcierto.
Poco después se introducen dos conflictos importantes: los disturbios en Lior y el pecado de Shou Tucker —quizá el momento más impactante y estremecedor en la historia del shonen moderno—. Ambas subtramas se diluyen y pierden consistencia debido al poco tiempo utilizado en su presentación y resolución; no obstante, se aferran al manga de forma respetuosa y honesta.

Y así prosigue la película: demasiado rápido. Un desarrollo de casi treinta episodios en el anime ( Brotherhood), en un compacto de poco más de treinta minutos, no resulta posible —o al menos coherente—. Se quitaron personajes (como los subordinados de Mustang) y se restó la importancia de otros, y, lamentablemente, se perdió la esencia de la gran mayoría de momentos conmovedores, cruciales para el desarrollo de Ed y Alphonse. No podemos pedir mucho más teniendo en cuenta el poco tiempo disponible, pero creo que hubiera sido mucho mejor enfocarse en un solo arco, optimizar cada minuto en pantalla desarrollando cada subtrama por separado.

Inexplicablemente, lo mejor de la película son los personajes. A pesar del cabello de Winry, el diseño de vestuario rígido y la distintiva actuación de los japoneses, todos y cada uno de los personajes fueron representados con fidelidad y devoción. Ed es la amalgama perfecta entre Brotherhood y FMA (2003), tan melancólico como atrevido; Alphonse es fuerte y gentil; Winry es decidida y amorosa; Mustang es un visionario compasivo. Así fue el trato con todos los personajes hasta el final del film que, curiosamente, peca de abrupto y forzado.
Es cierto que no estamos frente a una buena película, también podríamos decir que no es la adaptación que Fullmetal Alchemist merece; pero pese a sus errores, el live-action no decepciona ni enfurece —como suelen hacer otros títulos—, es más, podría decir que es un poquito disfrutable.
Calificación: 7.8/10
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