El cuarto episodio de Fear The Walking Dead puede ser aplaudido por varios motivos, pero seguramente el principal sea el cambio en la dinámica que mueve el show y su argumento. Lo que antes parecía algo extraño y que ponía incómodo al espectador ya se transforma en un drama donde los elementos son mejor presentados, y eso mejora enormemente la experiencia.
Fear The Walking Dead: el peligro de la autoridad [Crítica 1x04]


La aparición de los militares, esa supuesta salvación en cualquier contexto apocalíptico, es el punto de quiebre en lo que veremos a futuro. El episodio comienza mostrando perfectamente eso, y cómo tras 9 días de intervención la sociedad que conocemos cambió dramáticamente. A modo de prefiguración, las luces que significan esperanza en la lejanía se transforman en estos 45 minutos en algo completamente diferente y no necesariamente predecible.
Existen en el capítulo varios momentos clave, pero lo que más nos agrada es la presencia de un nuevo objetivo... algo que reclamábamos al final del episodio anterior, donde no se vislumbraba aún hacia dónde avanzaría la serie. Pero ahora todo está más claro: las intenciones de la gente común (y más de nuestros protagonistas) difieren bastante con lo que plantea la autoridad, el gobierno, las fuerzas armadas.

En ese sentido, la relación de Ofelia con uno de los soldados seguro tendrá consecuencias, dándole al espectador y al propio grupo un personaje que sume conocimiento sobre los pasos a seguir por los militares; lo mismo que ocurre con Liza, pasando de ser un personaje de relleno y "la exesposa del principal protagonista" a un valor importante dentro del cuerpo sanitario.
No obstante, conforme crece el conocimiento crece también la paranoia, y también Daniel deja entrever que prácticas como la eutanasia o el asesinato indiscriminado en campos de refugiados (para disminuir la necesidad de suministros y problemas) podrían suceder más temprano de lo que creen. Una muy interesante crítica social.
Otro punto que ojalá se explore a futuro es cómo ven los niños todo este cambio, sobre todo la desaparición de un padre y los posibles efectos que eso pueda tener. Recordemos que en The Walking Dead hemos tenido infantes ( Carl y Sophia), pero la historia los presentaba ya acostumbrados a esta nueva vida. Muy diferente es este caso: lo que en un momento es una vida normal, a las pocas semanas es un infierno.

Volviendo a las situaciones importantes del capítulo, el sexo tuvo por primera vez cierta importancia, aunque fue relativamente necesario para mostrar estados de ánimo. también hay que destacar las idas y venidas en la relación de Madison y Nick, madre e hijo que aún mantienen en las drogas un asunto pendiente... pero que no impide el sentimiento de culpa una vez se desatan las escenas finales.
Pero no solo eso será lo importante para la semana entrante, sino que la rivalidad entre Liza y Madison alcanza nuevos niveles (más acordes a lo que la serie necesita) y pone a Travis en una encrucijada.
Tuvimos un vistazo a lo que sucede fuera del cerco, y lo que comenzó como luces de esperanza termina como fogonazos en la noche. Y comparar esto con Woodbury es inevitable.

Puntaje: 7.5/10 - Casi como un nuevo comienzo, esta nueva cara de Fear The Walking Dead poco tiene que ver con aquellos dos primeros episodios, y aunque no tuvo el impacto del anterior, deja muy buena impresión y hace avanzar correctamente la trama.









