Better Call Saul: "RICO" [Reseña 1x08]

Los aspectos técnicos y narrativos que eran un sello creativo en Breaking Bad siguen presentes en Better Call Saul, y así como antes podían hacer un capítulo atrapante que consistía enteramente en capturar una mosca, ahora tenemos uno brillante que consiste en una estafa a unos ancianos y los vericuetos legales que genera.

PUBLICIDAD

Suena bastante aburrido en el papel, pero sirve a los creadores de la serie como punto de partida para explorar la entrañable relación entre dos hermanos y llevarnos un poco más lejos en el conocimiento y entendimiento de ambos personajes y sus circunstancias.

Ver también: Better Call Saul: "Bingo" [Reseña 1x07]

Flamante abogado

Antes, un flashback nos lleva al momento en el que Jimmy McGill, mientras trabajaba como cadete para Hamlin, Hamlin & MCGill, recibe la buena noticia de que ha pasado el examen para convertirse en abogado.

Kim, con quien ya tenía una relación romántica, y posiblemente está también recién graduada (trabajando en un pequeño despacho en el que casi no tiene lugar para ella entre las cajas de archivos), es la primera en enterarse, pero después Jimmy va evidentemente a darle la noticia a su hermano, su modelo de rol.

Imagen AMC Networks

La ilusión que tenía de trabajar para Hamlin, Hamlin & MCGill no dura demasiado, ni siquiera hasta terminar la celebración, interrumpida por Howard Hamlin, lo que explica en parte el profundo desprecio que siente Jimmy por él. 

Con esto, la serie insiste en relativizar todo momento de triunfo o alegría de Jimmy McGill agregando aspectos o lecturas más tristes, como si se temiera que viéramos al personaje bajo una luz demasiado favorable. Y esto tiene cierto sentido, ya que Jimmy (y después Saul) es evidentemente la clase de persona que adopta el humor y la ironía como una fachada que encubre otros aspectos más oscuros de su vida. La famosa figura del payaso triste. La serie insiste en recordarlo.

PUBLICIDAD

Acciones y consecuencias

El camino de Jimmy McGill hasta convertirse en el Saul Goodman de Breaking Bad encierra además una suerte de oscura ironía del destino, ya que como hemos visto hasta ahora, las intenciones de Jimmy son casi siempre dignas y hasta encomiables, pero las circunstancias siempre lo obligan a recurrir métodos poco convencionales (como el revisar la basura de un residencial de ancianos) y a inclinarse cada vez más hacia la ilegalidad.

Este podría ser el tema recurrente que subyace no sólo en Better Call Saul sino también en Breaking Bad. Es decir, cómo determinadas situaciones límite obligan a los personajes a tomar ciertas decisiones o actuar de determinada manera, que los va conduciendo a caminos más bien oscuros y peligrosos.

Imagen AMC Networks

La situación límite casi siempre se vincula a la necesidad de dinero, ya sea por el diagnóstico de un cáncer ( Walter White), como sustento de vida (Jimmy) o para ayudar a su nieta (Mike). Los tres se involucran así con el mundo criminal, pero será la personalidad de cada uno la que determine los métodos y los resultados de esta incursión. La megalomanía de Walter White lo convirtió en Heisenberg; el carisma de Jimmy McGill lo convirtió en Saul Goodman; y la discreción y astucia de Mike lo convirtieron en el Mike que vimos en Breaking Bad.

Como de costumbre, el episodio no estuvo exento de esos momentos más humorísticos e hilarantes, principalmente lo vinculado al tacho de basura (Jimmy tiene una cierta predisposición a golpear cosas cuando está frustrado o enojado, pero particularmente tachos de basura) y la excusa de “la ópera”.

En el lado más luminoso tenemos también el gran entusiasmo de Chuck en el caso, lo que significa un buen augurio respecto a su salud mental.

PUBLICIDAD

El final, sin embargo, es ambiguo. Chuck está tan involucrado con el caso que sale afuera y maniobra dispositivos electrónicos sin notarlo, pero cuando se da cuenta de lo que acaba de hacer queda sin reacción. ¿Se dará cuenta de que su enfermedad es mental y no física? ¿Qué consecuencias tendrá esto para él?

Puntaje: 9/10.