Arrested Development, la verdadera familia real

Cualquiera que esté medianamente interesado en el mundo de las series de televisión sabe que cualquier referencia a Arrested Development será en términos de alabanza y elogio y que no hay persona que haya seguido este show durante sus tres temporadas y no profese un profundo fanatismo y una considerable admiración por él.

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Es que la comedia emitida por la cadena Fox contó con prácticamente todas las virtudes objetivas que puede tener una serie de televisión, duró el tiempo necesario y suficiente como para evitar repetirse y mantener siempre la frescura y originalidad, y tuvo la suerte o la habilidad de reunir en una misma producción guionistas, actores, directores, editores y todo un equipo, donde el talento y la creatividad abundaban.

Creada por Mitchell Hurwitz, protagonizada por actores de la talla de Jason Bateman, Will Arnet, Portia de Rossi, David Cross y Jeffrey Tambor, entre otros actores de trayectoria o talentos emergentes (por ejemplo Henry Winkler y Michael Cera, respectivamente), y con la participación fundamental de Ron Howard como narrador, fue cancelada por Fox luego de su tercera temporada y dejó a sus fanáticos (sus pocos fanáticos, de acuerdo a los parámetros de la cadena Fox, pero fervientes y entusiastas) con ganas de más, por lo que es uno de los más claros ejemplos de series canceladas antes de tiempo.

En el año 2002, Ron Howard -que ya tenía una larga trayectoria como actor y director tanto en televisión (actuó en legendarias series como The Andy Griffiths Show y Happy Days) como en cine (dirigió Cocoon, Apollo 13 y El Grinch, entre otras)- tuvo la idea de llevar a cabo una serie con características de documental y filmada con cámara en mano, pero con un guión de comedia altamente elaborado y desarrollado a través de reescrituras y ensayos.

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Luego de reunirse con algunos productores y guionistas, entre ellos Mitchell Hurwitz (co-creador de la sitcom The Ellen Show), este aportó la idea de que el show estuviese basado en una familia adinerada que queda en quiebra, y comenzó a delinear los personajes. La idea y el piloto fueron vendidos a Fox y la serie se estrenó en 2003.

Imagen Getty Images

Estructuralmente el show rompió con los estándares de las sitcom hasta ese momento -que generalmente eran filmadas en un set fijo, con audiencia presente o risas grabadas- grabando en distintas locaciones, con varias cámaras y parodiando el formato documental o de telerrealidad.

Extendió además el uso de recursos humorísticos a la sala de edición y montaje, utilizando habitualmente gags relacionados con cortes en las escenas o falsos elementos narrativos (que parodiaban la costumbre de incluir avances de los próximos episodios o resúmenes de los anteriores), implementando además elementos adicionales en la narración como grabaciones de archivo o de cámaras de seguridad, fotografías familiares, capturas de pantalla de sitios web y flashbacks.

La voz en off del narrador se encargaba de hilvanar la trama, aunque en realidad esta narración tenía propósitos humorísticos más que narrativos, ya que la trama general a lo largo de la serie no tenía importancia alguna, no en el sentido del seguimiento de los hechos cronológicamente, aunque sí eran muy frecuentes los chistes autorreferenciales basados en sucesos anteriores, lo que quizás haya sido una de las causas de que el show no pudiera captar una mayor audiencia durante su emisión. Supongo que si alguien ve algunos episodios sueltos de la tercera temporada sin haber visto antes ninguno, se perderá gran parte de las situaciones humorísticas. 

Imagen Getty Images

Quizás muchos hayan visto algunos episodios y no lograron engancharse, quizás a algunos no les resultó tan graciosa ni tan entretenida, quizás otros no están de acuerdo con que sea considerada una de las mejores comedia de todos los tiempos, y prefieren Friends o The Big Bang Theory.

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Más allá de gustos personales, lo cierto es que Arrested Development es una comedia muy sutil y elaborada, con múltiples referencias a sí misma y a otros fenómenos culturales, sociales o políticos, por momentos absurda pero siempre ingeniosa y minuciosamente hilvanada, que funciona en varios niveles, ya que puede incluir un chiste como un juego de palabras en la profesión del personaje Tobias Funke ( David Cross) o una alusión al salto de tiburón del personaje de Henry Winkler en la serie Happy Days, escena que introdujo este término al lenguaje televisivo.

Es una construcción humorística distinta, ni mejor ni peor, aunque quizás más compleja, que la de otras series de comedia más exitosas y populares, y que requiere que el espectador se involucre más con el universo ficcional que propone.

Para alegría de los fanáticos, luego de los numerosos y entusiastas elogios del show y de su consolidación como la comedia de culto por excelencia en los últimos años, el show tendrá una cuarta temporada y, posiblemente, una película.

Mientras hacemos tiempo hasta su estreno en el 2013, aqui pueden comprar toda la serie o cada una de sus temporadas individuales:

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