Los años 80 están de vuelta en la moda, en la música y en la cultura pop. Por un tiempo, fue una década subestimada, despreciada y considerada como perdida. Los críticos esnob la destruyeron al tacharla de conservadora. Los historiadores del séptimo arte no son la excepción.
8 películas de los 80 que nos dan ganas de volver el tiempo atrás
Por:Univision
Los más radicales vieron en ella un peligroso foco de rearme moral, a la luz del contexto de la época de Reagan. Supuestamente, Hollywood tradujo el aire de revancha, propio de la estética republicana, a través de cintas bélicas y patrióticas, a fin de levantar la autoestima del público, después de la derrota sufrida en Vietnam.
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Pero, a menudo, la teoría no se conjuga con la práctica cuando analizamos los hechos a la distancia. Por tanto, hoy se vive y se respira un espíritu de reconciliación, de nostalgia con la era de la laca, los colores fosforescentes, el dark look de The Cure, la pinta de Madonna.
Por supuesto, lo mismo ocurre con el cine. A tal efecto, recordamos, con buena onda, una lista de películas imprescindibles de los años ochenta. Disfrútenla.
Back To The Future
Obra maestra del visionario Robert Zemeckis. Michael J. Fox viaja al pasado, para reconstruir su presente, por medio de una máquina del tiempo: un vehículo a propulsión. Hay un sano clima de comedia, drama, suspenso y tensión. Inolvidable la escena del toque de la guitarra eléctrica, a cargo del protagonista.
Fue un hit, un fenómeno de masas. Devino en atracción de parque temático. Extrañamos su toque de humor excéntrico.
Rambo
Sylvester Stallone al tope. First Blood le inyectó sangre fresca al género. Es la mejor de la franquicia. Un veterano de guerra decide cobrar venganza. Lo acorralan y lo vejan sin sentido. Armado de valor y coraje, el personaje le propina una lección a sus acosadores. El cierre es de antología.
Un clásico de la acción “anabolizada” de principios de los ochenta.
Terminator
De colección. Admirable, magnífica, vigente. Catapulta a la fama a Arnold Schwarzenegger y a Linda Hamilton. Dos antagonistas de innegable carisma. Cada línea del cyborg queda grabada en el disco duro de los hinchas de la saga. James Cameron, el realizador del filme, se consagra en el panorama de la ciencia ficción. Dura, seca, áspera y artesanal. Pesimista, distópica, esperanzadora. Cumbre de la tecnofobia ante los miedos de la extinción de la raza humana. Imborrable.
Blue Velvet
Insuperable. 50 Sombras De Grey es un juego de niños al lado de Terciopelo Azul. Dennis Hopper en la piel de un matón, sádico y al margen de la ley. Azota a la pobre Isabella Rosellinni. Introducción de lujo. Pueblo idílico de rosas, casas hermosas y gente feliz. Por debajo, un submundo de criaturas se devoran entre sí. Violenta, perversa, maligna. Y con un falso happy ending. Ya no las ruedan así. Por favor, rebobínenla en su cabeza. Rememoren a Dean Stockwell cantando In Dreams de Roy Orbison.
Echamos de menos la desmesura y el barroquismo de las locuras ochentosas de David Lynch.
Scarface
Al Pacino. Amo y señor. El rey del contrabando. Montañas de polvo blanco inundan la pantalla. Brian De Palma concibe un retrato oscuro del sueño americano, impregnado por el sentimiento de euforia y declive de un capo del narcotráfico. Es una metáfora del consumo de la droga en cuestión. Te convierte en un gorila, te lleva a la cima del éxtasis. Luego te tumba y desmorona.
Top Gun
¿Es una película “gay” como asegura Tarantino? Incógnita complicada de descifrar. Sea como sea, un punto de inflexión en la carrera de Tom Cruise. Voladora, romántica, dramática, a veces kitsch. Igual le seguimos rindiendo culto. Partidos de voleibol a cámara lenta. Desplazamientos en moto. Persecuciones brillantes en avión. Todavía la tenemos en alta estima.
Big
Quisiera ser grande como Tom Hanks. Cumplir mi deseo de chico y crecer prematuramente. Bailar sobre un teclado electrónico como un niño en cuerpo de hombre. Nunca madurar, o al revés. Plantearme el dilema de una generación. Big, joven por siempre. Expresión del complejo de Peter Pan.
E.T.
El alien entrañable. Ríos de lágrimas desbordaron las salas tras su estreno mundial. Una tierna alegoría sobre la aceptación de las diferencias y el encuentro de dos mundos distintos. Mágica, hermosa, poética. Steven Spielberg en su elemento. La despedida de la década. Y si no la lloraste, debes declararte una persona insensible.
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