7 señales de que una película va a ser horrible

¿Cuántas veces has estado en la sala de cine preguntándote por qué acabas de gastar tu dinero en semejante bazofia? Miras constantemente el reloj y hasta te atreves a contestar tus mensajes porque lo que está en pantalla simplemente no captó tu atención.

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Algunas veces puedes «oler» desde lejos que la mentada película será un desastre. Otras veces resulta una desagradable sorpresa. Entonces, ¿hay alguna forma de saber que ese filme que tanto quieres ver será un desastre? Sí. Estas son algunas señales prácticamente infalibles, aunque cada norma tiene su excepción.

Un tráiler ruidoso

«¡Es el mejor tráiler de la historia!», dices desenfrenadamente cuando lo ves. Está lleno de efectos especiales, una música perfecta que hace juego con tu subidón de adrenalina y escenas de puñetazos y frases « badass». Es muy probable que lo único bueno de la película haya sido condensando en ese tráiler y lo descubras una vez que estés en la sala.

El estudio interfiere

A veces los directores gozan de completa libertad para exponer su visión en la pantalla. Otras veces el estudio interfiere para que las cosas se hagan a su manera. Estos problemas suelen llegar a las noticias y son una buena señal de que el resultado final tendrá problemas. Sus demandas suelen relacionarse a la inclusión de personajes o detalles innecesarios que servirán para «asegurar» una secuela. El estudio solo quiere dinero y, por ende, es posible que sacrifique la esencia de la producción para ganar más.

Reseñas retrasadas

Cuando el estudio sabe que tiene una bomba cinematográfica en manos, suele retrasar la salida de sus reseñas. Si se trata de una buena película, verás a los críticos señalando qué les pareció desde mucho antes del estreno de la cinta. Cuando es una mala película, no se les permite hablar de ella (o verla) hasta que sea inevitable.

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Es la secuela de una película de horror

El arte de asustar a la audiencia no está completamente dominado por los cinematógrafos, quienes suelen copiar fórmulas que funcionaron una vez, pero ya no tanto en el segundo asalto. Las secuelas de buenas películas de terror suelen caer en este problema. En la primera nos impactó el villano y sus trucos. La segunda se convierte en un «Aquí vamos otra vez», si no en un «¿Cómo la sobreviviente volvió a meterse en este problema?».

Es la adaptación de un videojuego o anime

Algo difícil de explicar, pero con sobrados ejemplos de que es una realidad. No importa cuán popular sea un videojuego o anime, su adaptación cinematográfica siempre estalla en la taquilla. Los fans de la historia son quienes más odian las adaptaciones. Aseguran que rompen con la esencia del videojuego, que fallaron en comprender de qué iba y en la complejidad de sus personajes. Hasta ahora, Hollywood no ha logrado complacer a la audiencia con sus adaptaciones de videojuegos y animes. Con esa tendencia, es mejor evitar «regalar» tu dinero al cine para ver una mala película.

Dura menos de 90 minutos

Que un filme live action dure menos de 90 minutos es una señal de que algo no está bien. No quiere decir que uno de dos horas y media sea mejor, pero una duración menor a 90 minutos te sugiere que la cinta fue editada y cortada hasta el cansancio para «semifuncionar».

Una campaña de publicidad agresiva

Está claro que la película no es merecedora de un Oscar, así que el estudio intenta convertirla en un éxito comercial. ¿Cómo? Con una campaña de marketing excesiva. Verás muchos tráilers, spots televisivos a cada rato. Tanta necesidad de «dar a conocer» la película genera suspicacia.

Si una película cumple con al menos dos de estas señales, es mejor que huyas de la sala. Evita dos horas de molestias y espera para darle una oportunidad al buen cine.