7 lecciones valiosísimas de 'Ralph, El Demoledor 2' para quienes usan Internet

La secuela de Ralph, El Demoledor no sólo nos mostró a las princesas Disney en una etapa más relajada, también dejó poderosas lecciones respecto al uso de Internet. Para muchos, las lecciones son evidentes, y sin embargo caen una y otra vez en las trampas cotidianas.

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A continuación te dejamos consejos que NO debes olvidar mientras haces tu "navegación" de rutina. Detallaremos algunos puntos claves de la trama, por lo que si quieres evitar spoilers, este renglón es el ideal para abandonar la nota. Sólo un tip más: cuando acudas a ver la cinta, quédate hasta el final de los créditos.

Imagen VIX

Ten cuidado con lo que buscas (porque SEGURO lo encontrarás)

Si los unicornios existieran ya habrías podido comprar uno en algún portal de e-commerce (con gastos de envío cubiertos y su propio cepillo incluido). Ya sabes lo que dicen: si no lo encuentras en Internet, simplemente no existe.

Esto puede sonar maravilloso, pero tiene su lado oscuro: en el mundo de Ralph, el cotizado volante de Vanellope apareció sin reparos en el buscador. La misión principal fue de hecho algo más adulto y apegado a la realidad: conseguir el dinero para comprarlo.

En la travesía, es inevitable para la protagonista preguntarse si es lo que realmente quiere. De esta forma un simple volante se vuelve el embrollo principal y la mecánica directa para desatar problemas mayores.

En el mundo real, la curiosidad puede llevarte a enlaces de dudosa legitimidad. Esto no sólo podría hacerte perder la fe en la humanidad, en el peor de los casos te convertirás en el blanco perfecto para estafadores y hackers ¡Mucho cuidado!

Filtra MUY BIEN los comentarios que lees

Lo dice la propia Yesss cuando Ralph se pone triste debido a las críticas:

«Olvidé decirte la regla número uno, Ralph; jamás leas los comentarios».

Incluso ella sabe la cantidad de personas que se esconden tras una pantalla y no hacen ningún aporte útil con sus comentarios. Tristemente son mayoría, y aunque en tus redes sociales tengas a tu familia y amigos animándote a seguir adelante y dándole like a todas tus fotos, tendrás irremediablemente a uno o varios detractores.

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Como es de esperarse, los malos comentarios se infiltrarán entre los buenos, así que es tarea de cada quien aprender a distinguir una crítica constructiva de un insulto y seguir adelante con el contenido.

Hay formas honestas y divertidas de hacer dinero

Igual que en la vida cotidiana; no todo en Internet es malévolo y deshonesto: es una herramienta poderosa para trabajar, divertirse y hasta hacer dinero sin molestar a nadie.

Ralph aprende por ejemplo, a hacer vídeos virales con base en tendencias (¿te suena familiar?). Por supuesto tiene éxito gracias a la guía de Yesss, la gestora de contenidos del principal sitio de vídeos en la web.

Es el camino correcto: Ralph y Vanellope pudieron persistir en su misión de robar el automóvil de Shank para venderlo en un dudoso sitio de spam, pero decidieron usar la cabeza en vez de recurrir a mañas oscuras ¡Sabia decisión!

Tarde o temprano necesitarás... UNA TARJETA DE CRÉDITO

Lo único que detuvo a Ralph y Vanellope de llevarse el volante enseguida y evitarse tantas penas fue una tarjeta de crédito.

El estigma sobre estos pequeños plásticos persiste, y aún en la actualidad son artefactos temidos por las potenciales deudas y preocupaciones que acarrean a los adultos.

Lo cierto es que con una buena educación financiera (que debe empezar desde la infancia) estos plásticos pueden sacarte de un embrollo, proveerte dinero para una emergencia y hasta de vez en cuando darte algún caprichito.

De más está decir que otra medida de cuidado esencial es revisar la legitimidad de los enlaces cuando la utilices en Internet. eBay y Amazon tienen el aval de Ralph, El Demoledor. Es un buen comienzo.

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Todo lo que sube tiene que bajar

Ralph logra volverse viral gracias a sus hilarantes videos, no obstante se enfrenta a una cruda realidad de la era millennial cuando sus estadísticas bajan: renovarse o morir.

El Internet se mueve al ritmo del propio mundo, por lo que la popularidad y la fama son más difíciles de mantener en estos días. Alguien que pretende quedarse en la red para formar una carrera, necesita más que carisma.

No todos fueron hechos para permanecer en la red

No juzques a quienes prefieren evitar el Internet. Frecuentemente las personas mayores (por ejemplo) le temen a este recurso y aunque es bueno animarlos a utilizarlo y tranquilizar sus inquietudes, tampoco se puede pretender que se adapten a él y todo lo resuelvan ahí.

Vanellope amó el mundo de Internet, pero Ralph añoraba todo el tiempo su mundo en los videojuegos arcade. Cuando ambos se entendieron el uno al otro, pudieron seguir con su amistad sin problemas (si tan sólo hubieran empezado por ahí...).

NADIE puede odiar el Rick Roll

O como se le conoce en el mundo musical, el tema Never Gonna Give You Up de Rick Asley.

Desde mediados de 2010, esta canción se volvió el himno de los trolleos. La mecánica sigue funcionando tal como al principio: en algún rincón de los sitios que frecuentas hay un enlace que te atrae a algo morboso o nuevo, al abrirlo te topas con esta canción y te decepcionas recurriendo a la risa nerviosa.

Este clásico de 1987 llegó para quedarse, y aunque siempre antecede a una broma, seguro vas a preferir escucharlo antes que su alternativa: un video de gemidos a todo volumen, ¿o no?

¿Ya aplicas estas lecciones en tu vida cotidiana? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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