Wallander es una mini serie de la BBC basada en los novelas del escritor Henning Mankell, quien hace pocos días ha revelado al mundo que padece cáncer y que su estado de salud es delicado.
3 Buenas razones para ver Wallander

Hasta el momento se han emitido tres temporadas de tres episodios cada una. El protagonista ha anunciado recientemente que durante 2014 se realizará una cuarta y última temporada, que dará un cierre a la historia en el episodio tres, pero aún no se ha confirmado una fecha de estreno.
Como si de un secreto se tratara, Wallander no goza de la popularidad que ciertamente se merece. Por eso aquí queremos darles tres razones por las que es una muy buena idea seguir los casos del detective Kurt Wallander interpretado por Kenneth Branagh.

#3 Los casos
Kurt Wallander es el mejor detective del departamento de policía de Ystad, una acomodada ciudad de Suecia, por eso, los pocos asesinatos que allí ocurren terminan invariablemente en sus manos. La serie suele comenzar narrada desde el punto de vista de la víctima, los últimos minutos en los que está con vida. Luego del asesinato, todo se desarrolla a través de los ojos de Kurt. Los espectadores son desafiados a cerrar los casos al mismo tiempo que él, ya que las pistas siempre están allí. Solo que se necesita de su mente despierta y su alma torturada para unir todos los detalles.
Como si de una cebolla se tratara, las muertes solo son capas que encierran en su interior crímenes mayores, en sintonía con los tiempos que corren. Desde el tráfico de órganos, hasta hackers terroristas.

#2 El protagonista
Kurt Wallander es atípico. Es un detective más que cumple con su trabajo. No es un genio como Sherlock Holmes, ni abusa de la tecnología como en CSI y menos aún tiene poderes como los de The Mentalist. Es una persona corriente que trabaja como policía.
Su vida privada es tan compleja como la de cualquiera. Su padre tiene Alzheimer, no puede superar su divorcio y su relación con su hija es bastante difícil, a pesar de su amor mutuo. Duerme pésimo, a veces abusa del vino y se alimenta muy mal. Su oficio es todo lo que tiene (junto a un irritante ringtone).
Pero esa depresión no solo es fruto de su vida solitaria. Como lo llama uno de los personajes, el "detective poeta" tiene un alma extremadamente sensible, por eso los aberrantes hechos que debe afrontar cada día se les hacen carne. Si un muerto no encuentra paz, es difícil que Kurt pase la noche durmiendo plácidamente en su cama.
Kenneth Branagh deja la vida en la pantalla. A pesar de ser un actor y director de dilatada trayectoria, muchos concuerdan en que este es su mejor papel. Dota al personaje de una riquísima gama de matices emocionales. Hay que tener en cuenta que Kurt es un ser muy tosco, no habla mucho (excepto cuando se enfurece), por lo que la mayoría de sus sentimientos se expresan a través de sus gestos y, fundamentalmente, de sus ojos.

#1 La realización
La BBC se caracteriza por entregar productos de gran factura técnica y artística. Wallander no es la excepción, y hay altas chances de que se convierta en la regla.
Cada capítulo dura una hora y media, al igual que muchos largometrajes (y sin nada que envidiarles). Cada uno tiene un caso autoconclusivo, pero progresivamente se va tejiendo una interesante historia secundaria con la vida privada del protagonista.
Ya desde la hermosa canción inicial ( Nostalgia de Emily Barker & The Red Clay Halo) se marca el tono general del relato. Secundado por una impactante escenografía natural, la miniserie tiene una ambientación ideal para desarrollar esas historias lánguidas y misteriosas, similares a los infinitos cultivos suecos. El espectador llega a conocer en profundidad a la pequeña Ystad, y con el tiempo entiende que cuanto más fastuosa es la mansión del sospechoso, más aberrante es el crimen que allí se cometió.







