Así fue el último día en la vida de la modelo argentina que se suicidó desde un quinto piso

El suicidio de la modelo argentina Rocío Gancedo, que se arrojó del balcón de su apartamento en el popular barrio de Palermo en Buenos Aires, ha causado un impacto profundo en Argentina y en el resto del continente. Su última publicación en Instagram, ahora adquiere un nuevo tono ante el hecho de su muerte: "Si dejás todo en las manos de Dios, verás la mano de Dios en todo", reza la frase que compartió el pasado viernes 24 de noviembre y es su último mensaje en la red social.

La exparticipante del reality show 'Gran Hermano' decidió quitarse la vida al mediodía del miércoles 29 de noviembre de 2017, al salir al balcón del apartamento en que vivía desde 2013 y, sin más, dejarse caer desde el quinto piso, estrellándose con una motocicleta estacionada en la calle, causándose una fractura encéfalocraneal que provocó una muerte instantánea.

Los últimos meses no habían sido fáciles para Rocío: en abril se había internado en una clínica psiquiátrica debido a un fuerte cuadro de depresión agravado por la muerte de su padre. La noticia del trágico desenlace de Rocío se conoció minutos antes de la 1 de la tarde. De inmediato, la familia de la modelo (su hermano, Rodolfo, su mamá, Graciela -con quien llevaba una relación muy complicada-; su cuñada, Cynthia, y su padrastro, Daniel) acudió a la puerta del edificio de la calle Báez, encontrándose con un escenario dantesco; un cordón policial y a la joven muerta.

Según reportaron los medios locales, la última llamada telefónica que hizo Rocío fue precisamente a su madre, apenas unos minutos antes de lanzarse al vacío. En la conversación, la modelo no habría dado ningún indicio de sus planes: solo la saludó, preguntó qué tal estaba y dijo que quizá que en unos días pasaría a visitarla. También había hecho planes para ver y jugar con Candelaria, su sobrina de tres años, hija de su hermano mayor, a la que adoraba.

Pese a lo que había declarado públicamente en los últimos meses, se reporta que Rocío había reconstruido una relación con su madre, después de haberla acusado de ser "cómplice" del abuso sexual del que fue objeto cuando era niña y del cual habló en el programa de TV: " Mi mamá me mandaba a jugar a la casa de una amiga suya, que tenía una hija de 15 años. Esa chica ya tenía novio, todo, ya estaba desarrollada", narró " Esta chica se aprovechaba de mí. En ese momento a mí me daba culpa porque sabía que estaba mal porque lo hacía a escondidas."

Gancedo reveló cuál fue la reacción de su mamá cuando le confesó lo que le ocurrió: "Se lo conté y ella lo minimizó y eso la hace cómplice". Para poder superar el trauma que le generó el abuso, Rocío se internó voluntariamente en una clínica psiquiátrica. Fue hasta este año, después de la muerte de su padre, que Rocío buscó una reconciliación con su madre, precisamente fomentada por su hermano.

Al ser dada de alta, Rocío volvió a hablar con los medios, señalando que había realizado varios cambios internos, que quedaban a la vista: había vuelto a pintar, un pasatiempo que tenía desde chica y que había abandonado varios años, y había comprado una perrita, Zoe. Tras su muerte, ni su familia ni la policía encontraban a la mascota; horas después se supo que un día antes de arrojarse por el balcón, se la había dejado a su psiquiatra para que se la cuidara, diciéndole que "se iba de viaje", pero sin clarificar sus intenciones.

En el departamento donde vivía tampoco se habría encontrado una carta u otro indicio que indicara que la ex Gran Hermano se estuviera despidiendo de sus seres queridos. Solo hubo la llamada a su mamá, casi de rutina. Y minutos después, la fatídica decisión que terminó con su vida.

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