Hoy probamos una variedad distinta de helado: haremos un cremoso y dulce helado de té y miel. De sabores delicados y elegantes, y realmente fácil de hacer, este helado es ideal para servir un postre especial a las visitas.
Helado de té y miel: suave y elegante

Si no tienes una máquina de hacer helado puedes hacerlo de todos modos: simplemente, luego de llevar al congelador, quítalo cada media hora y revuélvelo un poco para quebrar los cristales de hielo. En 2 horas estará listo. ¡No te lo pierdas!
Ingredientes:
- 2 tazas de nata para montar
- 1 taza de leche
- 1/4 taza de té en hebras
- 9 yemas
- 1/4 taza de azúcar rubia o morena
- 1/2 taza de miel
Preparación:
Combina la nata y la leche en una olla mediana de fondo grueso. Lleva a fuego bajo hasta calentar, agrega las hebras de té y retira del fuego. Cubre y deja infusionar durante 15 minutos.
Coloca las yemas, el azúcar y la miel en un bowl grande y bate de 2 a 3 minutos o hasta que la mezcla esté cremosa y espesa.
Incorpora gradualmente la mezcla de leche, nata y té al bowl.
Retorna toda la mezcla a la olla y cocina en fuego medio a bajo, revolviendo constantemente, durante unos 10 minutos o hasta que la crema cubra la cuchara. No dejes que hierva la preparación para que no se corte la nata.
Cuela la preparación con una tela porosa tipo gasa, sobre un bowl grande.
Coloca este bowl con base de helado en otro bowl con agua helada y revuelve hasta que la mezcla esté fría.
Si tienes máquina para helados, lleva allí la preparación y procésala. Si no, llévala directamente al congelador y revuélvela cada media hora hasta el momento de servir.
No te pierdas este elegante y sofisticado helado de té y miel: ¡es delicioso! Si quieres darle un toque extra de sabor, puedes acompañarlo con salsa de chocolate casera.



